EL SACRIFICIO DE LA CRUZ
Despreciado y desechado entre los hombres, varón de dolores, experimentando en quebranto, y como que escondimos de el el rosto, fue menospreciado y no lo estimamos.
Ciertamente el llevo nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores, y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido.
Mas el herido, fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados, el castigo de nuestra paz fue sobre el, y por su llaga fuimos nosotros curados.
Todos nosotros; nos descarriamos como ovejas, cada cual se aparto por su camino, mas Jehova cargo con el pecado de todos nosotros.
Angustiado el y afligido, no abrió su boca, como cordero fue llevado al matadero, y como oveja delante de sus esquiladores, enmudeció y no abrió su boca.
por cárcel y por juicio fue quitado; y su generación quien la contara? porque fue cortado de la tierra de los vivientes, y por la rebelión de mi pueblo fue herido.
Y se dispuso con los impíos su sepultura, mas con los ricos fue en su muerte; aunque nunca hizo maldad, ni hubo engaño en su boca.
Con todo eso, Jehova quiso quebrantarlo, sujetándole a padecimiento, cuando haya puesto su vida en expiación por el pecado, vera linaje, vivirá por largos días, y la voluntad de Jehova sera en su mano prosperada.
Vera el fruto de la aflicción de su alma, y quedara satisfecho; por su conocimiento justificara mi siervo justo a muchos, y llevara las iniquidades de ellos.
Por tanto, yo le daré parte con los grandes, y con los fuertes repartirá despojos; por cuanto derramo su vida hasta la muerte, y fue contado con los pecadores, habiendo el llevado el pecado de muchos, y orando por los transgresores. (Isaias 53)
53 . 1 - 12 Propósitos de la crucifixión , la expiación y la vida abundante, LA VENIDA DEL MESíAS. Esta es la más conocida profecía de la crucifixión en la Biblia, y tanto Mateo (Mat_8:17) como Pedro (1Pe_2:24) la citan. Ocho siglos antes de Cristo, Isaías se refirió de una forma increíblemente certera a los hechos de la crucifixión; pero más importante aún, habló del propósito de la cruz.
Cristo cargó
algo más que nuestros pecados en su sufrimiento y muerte. La paga del pecado es muerte, pero Cristo no tenía que sufrir como lo hizo para expiar nuestras culpas. Este capítulo nos habla del porqué de su sufrimiento: sufrió para llevar nuestros dolores y enfermedades ( 1Pe_5:4), y para ofrecernos paz y sanidad ( 1Pe_5:5).
Ciertamente, la expiación de nuestros pecados constituye nuestra mayor necesidad, pero Dios, al enviar a su Hijo a sufrir y morir, proveyó más que una forma de escapar al juicio: Dispuso el inmediato comienzo de una vida abundante (véase Joh_10:10).
Este capítulo sigue hablando del Mesías, Jesús, quien sufriría por el pecado de todos. ¡Una profecía así es sorprendente! ¿Quién creería que Dios decidiría salvar al mundo mediante un Siervo humilde y sufrido en vez de un rey glorioso? La idea es contraria al orgullo humano y a la manera de pensar del mundo. Sin embargo, Dios trabaja a menudo en formas inesperadas. La fortaleza del Mesías se muestra a través de su humildad, sufrimiento y misericordia.
53.2 No había nada en la apariencia física de este Siervo que fuera atractivo. Israel calculó mal la importancia del Siervo, lo considerarían como un hombre común. Pero aun cuando Jesús no atraía por su apariencia física, trajo salvación y sanidad. Mucha gente calcula mal la importancia de la vida y obra de Jesús, y necesitan cristianos para señalar su extraordinaria naturaleza.
53.3 Este varón de dolores lo despreciaron y rechazaron los que estaban a su alrededor y hasta el día de hoy sucede lo mismo. Algunos lo rechazan porque se le oponen. Otros desprecian a Cristo y su gran don de perdón. ¿Usted lo rechaza, lo olvida o lo acepta?
53.4, 5 ¿Cómo podía una persona del Antiguo Testamento entender la idea de Cristo muriendo por nuestras culpas (rebeliones y pecados), en realidad cargando con el castigo que merecíamos? Los sacrificios sugerían esta idea, pero una cosa es matar a un cordero y otra muy distinta es pensar en el Siervo escogido de Dios ocupando el lugar del cordero. Pero Dios descorría a un costado la cortina del tiempo para permitir que la gente de la época de Isaías mirara más adelante hacia el sufrimiento del futuro Mesías y el perdón resultante que quedaría al alcance de toda la humanidad.
53.6 Isaías habla acerca de cómo Israel se apartó del camino de Dios y lo compara a una oveja errante. Con todo, Dios enviaría al Mesías para hacerla volver al redil. Nosotros tenemos la oportunidad de mirar al pasado para ver y conocer la identidad del Mesías prometido, quien vino y murió por nuestros pecados. Pero si vemos todo lo que Jesús hizo y lo seguimos rechazando, cometemos un pecado más grande que los israelitas de la antigüedad, quienes no pudieron ver lo que nosotros vemos. ¿Le ha entregado su vida a Jesucristo, el "buen pastor" (Joh_10:11-16) o sigue pareciéndose a la oveja errante?
53.7-12 En el Antiguo Testamento, el pueblo ofrecía animales como sacrificios por sus pecados. Aquí, el Siervo del Señor sin pecado alguno, se ofrece a sí mismo por nuestros pecados. El es el Cordero (53.7) ofrecido por los pecados de todas las personas (Joh_1:29; Rev_5:6-14). El Mesías sufrió por nuestro bien, llevando nuestros pecados para hacernos aceptos a Dios. ¿Qué podemos decir ante tanto amor? ¿Cómo le responderemos a El?
53.11 "Justificará mi siervo justo a muchos" nos habla de la enorme familia de creyentes que serán justos, no por sus obras, sino por la gran obra del Mesías en la cruz. Se tienen como justos porque han clamado a Cristo, el Justo, como su Salvador y Señor (véanse Rom_5:18; 2Co_5:21). Se despojarán de su vida de pecado y se vestirán con la bondad de Cristo (Eph_4:22-23).
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