viernes, 27 de noviembre de 2020

CÓMO PUEDE SER SANADO

 

CÓMO PUEDE SER SANADO

Dios tiene muchas maneras de sanarnos basándose en la obra redentora de Cristo. Es algo por lo que Jesús ya pagó, algo por lo que sufrió. Su deseo de que usted sea sanado y camine en sanidad divina es la razón por la que Él pasó por tanto dolor y sufrimiento. Estaba tomando sobre sí mismo el dolor y el sufrimiento de la humanidad. Por lo tanto, Él estaba haciendo

que la sanidad estuviera disponible para usted a través de muchas avenidas. Las cuales son:

 

1. Sanidad por medio de la imposición de manos (Lucas 4:40).

No les dijo que no era la voluntad de Dios que fueran sanados. Todos los que vinieron a Jesús fueron sanados. Sin excepción.

2. Sanidad a través de la liberación (Mateo 8:16).

Los demonios pueden ser la razón por la que la gente está enferma. Posiblemente tenga un espíritu de enfermedad. También consulte Lucas 8:2.

3. Sanidad gracias a romper maldiciones (Gálatas 3:13).

Hay personas aquejadas con demonios generacionales de enfermedad como diabetes, hipertensión, ciertas condiciones cardiacas y más. Si hay una maldición generacional que está activando la enfermedad en su cuerpo, sepa que gracias a que Jesús fue hecho maldición por nosotros, usted le puede decir al diablo que no puede poner esta enfermedad en su cuerpo. Dígale:

“No me importa si mi mamá, mi abuela o mi bisabuela tuvieron esta enfermedad, la maldición se termina aquí. La rompo en el nombre de Jesús”. ¡Comience a levantarse y utilice su autoridad! Diga: “No soy maldito. Estoy bendecido. Mi cuerpo es bendecido con sanidad, en el nombre de Jesús”.

4. Sanidad por medio de ungir con aceite (Marcos 6:13).

Ungir con aceite representa al Espíritu de Dios y la unción. La unción es lo que echa fuera la enfermedad y la dolencia de nuestro cuerpo. La unción rompe yugos de cautividad (Isaías 10:27) y la enfermedad es una forma de cautiverio.

5. Sanidad a través de la fe (Marcos 11:23).

Para algunas personas, la enfermedad es una montaña. Siempre está en su camino. Parece que es algo que no pueden vencer. Pero Marcos 11:23 dice que cuando uno tiene fe y no duda, puede hablarle a la montaña y se va a mover. Así que háblele a esa montaña de enfermedad; ¡no la escale!

Usted tiene que hablarle a las montañas: “¡Lupus, eres removido y echado al mar!”, “¡Cáncer, eres removido y echado al mar!”, pero no dude en su corazón. Por eso es que tiene que tener cuidado de guardar su corazón.

No pase el tiempo con personas que dudan. Mantenga su corazón libre de duda e incredulidad. Va a venir un tiempo en el que usted va a tener que hablarle a ciertas cosas. Cada vez que una montaña se interponga en su camino, en lugar de que usted se dé la vuelta y salga corriendo, necesita enfrentarla y decir: “¡Quítate!”. Crezca en fe. Abra su boca y háblele a la enfermedad. Diga: “Le ordeno a esta enfermedad que deje mi cuerpo en el nombre de Jesús”. Marcos 11:23 dice: “[…] lo que diga […]”. Esto ni siquiera se trata de la oración. Esto es solamente hablar y decir. ¡Sólo habrá que decir ciertas cosas! “Lo que diga le será hecho.”

6. Sanidad mediante poder o un toque (Marcos 5:29–30).

El poder de Jesús puede estar en usted si ora y ayuna. Lucas 6:19 dice:

“Y toda la gente procuraba tocarle, porque poder salía de él y sanaba a todos”. La adoración es una manera de estirar la mano y tocar el corazón de Dios. Los verdaderos adoradores saben cómo entrar en la presencia de Dios. A medida que usted se acerque en adoración pura, será como las multitudes de la época de Jesús: “Y le rogaban que les dejase tocar solamente el borde de su manto; y todos los que lo tocaron, quedaron sanos” (Mateo 14:36). “Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren” (Juan 4:23). ¿Es esta su hora?

7. Sanidad mediante la presencia de Dios (Lucas 5:17).

“Y el poder del Señor estaba con él para sanar.” La alabanza y la adoración tienen el propósito de invitar la presencia de Dios de manera que la gente sea sanada. No es calistenia para el mensaje.

8. Sanidad a través de la oración (Mateo 21:22).

La palabra “todo” incluye la sanidad. Santiago 5:16 dice que debemos confesar nuestras faltas y orar unos por otros para que seamos sanados. Algunas veces la sanidad no viene hasta que uno confiesa sus faltas y deja que alguien ore por él. Algunas veces la clave es la humildad.

9. Sanidad por medio de dones de sanidades (1 Corintios 12:9, 28).

Cuando Jesús dejó la tierra, dijo que haríamos mayores obras que las que Él hizo. También dijo que enviaría un ayudador para instruirnos y guiarnos en esas obras mayores. El Espíritu Santo vino entre los hombres para hacer su morada dentro de nosotros, dándonos la capacidad sobrenatural de llevar a cabo las obras de Cristo. Él lo logra gracias a que nos enviste de varios dones que trabajan juntos para traer a su pueblo a una relación con Dios. Uno de estos dones es el don de sanidad.

Pero a cada uno le es dada la manifestación del Espíritu para provecho. Porque a éste es dada por el Espíritu palabra de sabiduría; a otro, palabra de ciencia según el mismo Espíritu; a otro, fe por el mismo Espíritu; y a otro, dones de sanidades por el mismo Espíritu. A otro, el hacer milagros; a otro, profecía; a otro, discernimiento de espíritus; a otro, diversos géneros de lenguas; y a otro, interpretación de lenguas. Pero todas estas cosas las hace uno y el mismo Espíritu, repartiendo a cada uno en particular como él quiere […] Y a unos puso Dios en la iglesia, primeramente apóstoles, luego profetas, lo tercero maestros, luego los que hacen milagros, después los que sanan, los que ayudan, los que administran, los que tienen don de lenguas. —1 Corintios 12:7–11, 28

10. Sanidad gracias al ayuno (Isaías 58:8).

Cuando usted ayuna según la manera en que Dios lo guíe, Él dice que “entonces nacerá tu luz como el alba, y tu salvación se dejará ver pronto; e irá tu justicia delante de ti, y la gloria del Señor será tu retaguardia”. Según este versículo, usted será sanado cuando ayune, pero todavía mejor, el ayuno puede servir como medicina preventiva. Dice: “La gloria del Señor será tu retaguardia”. En otras palabras, la enfermedad no le puede llegar por sorpresa. Dios le cuida las espaldas. Mientras todos los

demás están contagiándose de influenza A H1N1, usted está saludable. Aunque no hay cura para el resfriado común, usted navega a través de la temporada de frío sin un solo síntoma, estornudo o tos. Luego están esos momentos en lo que nada más funcionará excepto el sacrificio de no comer, un tiempo de rendir su carne al Espíritu de Dios que trae vida. Jesús habló de esto en Mateo 17:21: “Pero este género no sale sino con oración y ayuno”.

11. Sanidad por medio de la Palabra (Salmos 107:20).

La Biblia dice que Dios “envió su palabra, y los sanó, y los libró de su ruina” (Salmos 107:20). También sabemos que la Palabra de Dios no vuelve a Él vacía. Sino que hace todo aquello por lo que fue enviada (Isaías 55:11). Si Él le habla sanidad, entonces usted es sanado. Jesús dijo que no solamente de pan viviría el hombre sino de toda palabra que sale de la boca de Dios. Por eso es que es tan importante para su sanidad aprender y meditar la Palabra de Dios. Declare que según la Palabra de Dios usted “no morirá, sino que vivirá, y contará las obras del Señor” (Salmos 118:17). Lea la Palabra. Confiese la Palabra. Obtenga versículos que hablen de sanidad. Confíe en Dios porque su Palabra hará en usted todo lo que Él quiere.

12. Sanidad a través de paños o ropa (Hechos 19:12).

La unción de sanidad es transferible. Puede ser por la ropa. Es tangible. Hemos orado sobre paños de oración en mi iglesia, y la gente ha sido sanada. Hace años mientras estaba predicando en Etiopía, me quité la camisa después de ministrar y la corté en pequeños pedazos de tela. Los repartimos entre las personas reunidas, y escuchamos muchos testimonios de sanidad. Una persona quemó la tela en casa de su madre enferma y el humo del paño la sanó. Ya tenía en cama muchos años y se levantó de la cama sanada. En otros países no tienen doctores y hospitales como nosotros en los Estados Unidos. Ellos tienen que creer en Dios. Están desesperados por la sanidad. No tienen todas las medicinas de prescripción, seguros de salud, Medicaid y Medicare. Así que vienen a las reuniones creyendo que si no obtienen su sanidad allí, no van a salir del problema. Tienen una alta expectación y una alta fe. Dios honra la fe. Cuando le conocieron los hombres de aquel lugar, enviaron noticia por toda aquella tierra alrededor, y trajeron a él todos los enfermos; y le rogaban que les dejase tocar solamente el borde de su manto; y todos los que lo tocaron, quedaron sanos. —Mateo 14:35–36. Y hacía Dios milagros extraordinarios por mano de Pablo, de tal manera que aún se llevaban a los enfermos los paños o delantales de su cuerpo, y las enfermedades se iban de

ellos, y los espíritus malos salían. —Hechos 19:11–12

 

DECLARACIONES DE SANIDAD

Por las llagas de Jesús he sido sanado. Tomó mi enfermedad;

llevó mi dolor. Creo que es la voluntad de Dios que yo sea sano.

En el nombre de Jesús, rompo toda maldición de enfermedad, de dolencia y de muerte prematura de mi cuerpo.

En el nombre de Jesús, rompo toda maldición de brujería y

destrucción sobre mi cuerpo de ambos lados de mi familia.

En el nombre de Jesús, le hablo a toda enfermedad en mi cuerpo y le ordeno que se vaya.

En el nombre de Jesús, le hablo a la diabetes, la hipertensión, el cáncer, el ataque cardiaco, la embolia y la esclerosis múltiple. Sean removidas y echadas al mar.

 

Le hablo a los problemas de corazón, riñón, espalda, pulmón e

hígado. Sean removidos y echados al mar.

 

Le hablo a los problemas sanguíneos, esqueléticos y óseos.

Sean removidos y echados al mar.

 

Le hablo al lupus y a cualquier otra enfermedad. Les ordeno que se vayan de mi cuerpo.

A cada enfermedad y dolencia oculta les ordeno que se vayan de mi cuerpo en el nombre de Jesús.

 

Artritis, dolor y reumatismo, deben irse en el nombre de Jesús.

Le ordeno a todo dolor que se vaya de mi cuerpo en el nombre

de Jesús.

Vengo en contra de cualquier problema de la piel en el nombre

de Jesús.

Le digo a las infecciones que se vayan de mi cuerpo en el nombre de Jesús.

Le hablo a los problemas respiratorios, asma, fiebre del heno, sinusitis, congestión del pecho y neumonía que se vayan

de mi cuerpo en el nombre de Jesús.

Los problemas en las coyunturas deben irse en el nombre de Jesús.

 

 

Vengo en contra de cualquier problema y enfermedad que me

afecten como mujer: lupus, quistes de fibromas y tumores en

los órganos femeninos. ¡Ordeno que se mueran esos tumores!

Suelto el fuego de Dios para quemarlos en el nombre de Jesús.

 

Vengo en contra de problemas nerviosos, insomnio y reflujo

ácido. Dios no me ha dado espíritu de temor, sino de amor,

poder y dominio propio.

 

Los problemas de corazón y  circulatorios, los ritmos cardiacos

irregulares y la embolia deben dejar mi cuerpo. Soy templo del

Espíritu Santo. Váyanse en el nombre de Jesús.

 

Le hablo a los desórdenes digestivos y a las alergias a ciertos alimentos. No tienen lugar en mi cuerpo. Deben irse en el

nombre de Jesús.

 

Rompo cualquiera y todas las adicciones a las píldoras

analgésicas en el nombre de Jesús.

 

Discos deteriorados; discos herniados; problemas de médula

espinal, espalda y cuello: sean realineados y acomodados de

vuelta en su lugar en el nombre de Jesús.

 

Libero milagros de sanidad en mi cuerpo en el nombre de Jesús.

Creo en Dios por milagros de sanidad en mi vida y en mi

familia dondequiera que vaya en el nombre de Jesús.

 

Gracias, Señor, por sanarme y liberarme de toda enfermedad y

de todo dolor en el nombre de Jesús.

 

Le hablo a todo problema: deben obedecer.

 

Declaro milagros, sanidades, señales y prodigios. Sean soltados en mí en el nombre de Jesús.

 

Gracias, Señor, porque la salud y la sanidad están viniendo ahora.

 

ECHAR FUERA Y RENUNCIAR

AL ESPÍRITU DE ENFERMEDAD

 

Señor, perdóname por permitir que cualquier temor, culpa,

autorechazo, odio a mí mismo, falta de perdón, amargura,

pecado, soberbia o rebelión haya abierto la puerta a cualquier

enfermedad o padecimiento.

 

 

Renuncio a estas cosas en el nombre de Jesús.

 

Jesús llevó mis enfermedades y mis dolencias (Mateo 8:17).

Rompo, reprendo y echo fuera a todo espíritu de cáncer que

intente establecerse en mis pulmones, mis huesos, mi pecho,

garganta, espalda, columna, hígado, riñones, páncreas, piel o

estómago, en el nombre de Jesús.

 

Reprendo y echo fuera todo espíritu que cause diabetes, hipertensión, presión baja, infarto, embolia, falla renal,

leucemia, enfermedades  sanguíneas, problemas respiratorios, artritis, lupus, Alzheimer o insomnio en el nombre de Jesús.

 

Echo fuera a todo espíritu de enfermedad que haya entrado en

mi vida mediante la soberbia y el orgullo, en el nombre de Jesús.

 

Echo fuera a todo espíritu de enfermedad que haya entrado en

mi vida mediante un trauma o accidentes, en el nombre de Jesús.

 

Echo fuera a todo espíritu de enfermedad que haya entrado en

mi vida mediante el rechazo, en el nombre de Jesús.

 

 

Echo fuera a todo espíritu de enfermedad que haya entrado en

mi vida mediante la brujería, en el nombre de Jesús.

 

Reprendo toda enfermedad que quiera venir a carcomer mi carne en el nombre de Jesús (Salmos 27:2).

 

Rompo toda maldición de malestar y enfermedad, y le ordeno a todo espíritu hereditario de enfermedad que salga (Gálatas 3:13).

 

Ninguna plaga o enfermedad se acercará a mi morada (Salmos

91:10). Le ordeno a todo germen o enfermedad que toque mi cuerpo, que muera en el nombre de Jesús.

 

Soy redimido de la dolencia y la enfermedad (Gálatas 3:13).

Me libero de toda enfermedad (Lucas 13:12).

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