viernes, 15 de septiembre de 2017

EL TABERNACULO
(4-  MUJERES PUERTA)
Cada una de estas mujeres renuncio a algo y fueron determinas, esforzadas y valientes en su determinación de levantar  descendía para Dios.
1.- TAMAR;

La Historia de esta gran mujer, (puerta)  da inicio en el Génesis 38.
Judá , toma por esposa a la hija de un hombre  Cananeo, llamado sua, la cual  le dio  tres (3) hijos:
·         ER
·         ONAN
·         SELA
Y Judá busco mujer para su primogénito  ER, su nombre era  TAMAR, y Er fue malo ante los ojos de Jehová y le quito jehová la vida.



Tamar (en hebreoתָּמָר, ‘palmera’)?, en la Biblia fue dos veces la nuera de Judá, así como la madre de dos de sus hijos, los gemelos Farés y Zara.

El Génesis1​ relata el episodio de Judá, el hijo de Jacob, con su nuera Tamar. Judá se casó con la hija de un cananeo llamado Súa, la cual le dio tres hijos en este orden: Er, Onán y Selá. Er desposó a Tamar, pero murió sin tener heredero. Onán se casó después de su muerte con la viuda Tamar según la Ley del levirato. Más sabiendo que, debido a esa ley sus hijos no serían suyos, evitó consumar su relación. La conducta de Onán motivó su muerte. Judá pidió a Tamar que se quedara en la casa de su padre, hasta la mayoría de edad del tercer hijo, Selá, que la desposaría.

Tamar, pasando el tiempo y pensando que Judá nunca le daría a su último hijo por esposo, se disfrazó de prostituta y tuvo relaciones carnales con su suegro, que había quedado viudo. Tamar quedó embarazada. Aún sin que Judá la reconociera, logró que le entregara su sello y su bastón como prenda hasta que le pagara un cabrito prometido por prestarse a la relación. A los tres meses, dijeron a Judá que Tamar estaba embarazada, por lo que ordenó que la ajusticiasen como castigo por su adulterio. No obstante, Tamar probó gracias al sello y el bastón de su suegro que era él quien la había embarazado. Judá la perdonó, ya que se sentía culpable por no haberle dado a su hijo Selá. Tamar alumbró dos gemelos: Farés y Zara.
En Farés siguió la genealogía de Jesús, como relatan los Evangelios de Mateo (Capítulo I) y Lucas (Capítulo III-33). Siendo esta relación conflictiva, y sin embargo es la genealogía de Jesús,

 Rahab oculta a los espías
ESTOS hombres tienen un problema. Tienen que huir, para que no los maten. Son espías israelitas, y la mujer que les ayuda es Rahab. Rahab vive en una casa en el muro de la ciudad de Jericó. Veamos cómo pasó todo esto.
Los israelitas están por cruzar el río Jordán y entrar en Canaán. Pero antes de entrar ellos, Josué envía los dos espías. Les dice: ‘Vean la tierra y la ciudad de Jericó.’

Cuando los espías entran en Jericó, van a la casa de Rahab. Pero alguien le dice al rey de Jericó: ‘Anoche vinieron dos israelitas para espiar la tierra.’ Al oír esto, el rey envía a Rahab unos hombres que le ordenan: ‘¡Saca a los hombres que tienes en tu casa!’ Pero Rahab ha escondido a los hombres en su techo. Así que dice: ‘Unos hombres vinieron a mi casa, pero no sé de dónde eran. Se fueron cuando oscurecía, antes de cerrarse la puerta de la ciudad. ¡Si corren, los alcanzan!’ Y los hombres corren a buscarlos.
Cuando se van, Rahab corre al techo. ‘Yo sé que Jehová les dará esta tierra,’ dice a los espías. ‘Oímos que él secó el mar Rojo cuando ustedes salieron de Egipto, y que ustedes mataron a los reyes Sehón y Og. Porque yo he sido buena con ustedes, prométanme, por favor, ser buenos conmigo. Salven a mi padre y madre, mis hermanos y hermanas.’
Los espías prometen que harán eso, pero Rahab tiene que hacer algo. ‘Toma esta cuerda roja y átala en tu ventana,’ dicen los espías, ‘y junta a todos tus parientes en tu casa. Y cuando todos nosotros volvamos para tomar a Jericó y veamos esta cuerda, no mataremos a nadie en tu casa.’ Cuando los espías vuelven a Josué, le dicen todo lo que ha pasado.
Desde que era niña, Rahab había escuchado muchas historias sobre Jehová. Supo cómo había ayudado al pueblo de Israel a vencer a sus enemigos. Por ejemplo, Jehová había usado a Moisés para sacar a los israelitas de Egipto. ¡Hasta dividió en dos el mar Rojo para que el pueblo pudiera cruzarlo! Y ahora Rahab escucha una impactante noticia: ¡los israelitas están cerca de Jericó, donde ella vive!
Jehová salvó a Rahab y a sus familiares
Unos días después, los israelitas dan varias vueltas alrededor de Jericó. Durante seis días marchan alrededor de la ciudad, una vez cada día, sin dar un solo grito. Pero el séptimo día le dan siete vueltas, y entonces todos gritan con mucha fuerza. De repente, pasa algo increíble: ¡Jehová hace que se caigan las enormes paredes que rodean Jericó! Pero ¿qué pasa con la  casa de Rahab? Como tiene una cuerda roja colgando de la ventana, no se cae. 
RUTH
RUT se arrodilla junto al montón de cebada que ha recogido durante el día. Ya está cayendo la noche sobre los campos, y muchos trabajadores se ponen en camino hacia la entrada de la pequeña ciudad de Belén, enclavada en una cordillera cercana. Seguro que Rut se siente adolorida después de este largo día de trabajo, pues casi no ha parado desde la mañana. Pero su jornada aún no ha terminado. Ahora se pone a golpear la cebada con una vara para desgranarla. A pesar de todo, le ha ido mejor de lo que esperaba.
¿Están por fin mejorando las cosas para esta joven viuda? Rut siente cariño por Noemí, su suegra, y le ha prometido quedarse con ella y hacer de Jehová, el Dios de Noemí, su propio Dios. Las dos viudas llegaron a Belén procedentes de Moab, la tierra de Rut, y ella ha visto que la ley de Jehová contiene disposiciones prácticas que dignifican a los pobres de Israel, y también a los extranjeros. * Ahora se percata de que en el pueblo de Jehová, que vive de acuerdo con la Ley, hay quienes se destacan por su espiritualidad y bondad, y su afligido corazón se conmueve.
Una de esas personas es Boaz, el hombre rico y de cierta edad en cuyos campos Rut ha espigado hoy y que la ha tratado como a una hija. Rut recuerda satisfecha las bondadosas palabras con que la ha alabado por cuidar de su suegra, ya mayor, y por buscar refugio bajo las alas del Dios verdadero, Jehová (Rut 2:11-13).
Aun así, a Rut probablemente le preocupa su futuro. Siendo una extranjera pobre, viuda y sin hijos, ¿cómo va a cubrir sus necesidades y las de Noemí durante los próximos años? ¿Le bastará con espigar? ¿Y quién la cuidará a ella cuando envejezca? No sabemos si la abrumaban estas inquietudes, pero sería comprensible si así fuera. Hoy día, con las dificultades económicas que existen, a muchas personas les asaltan esas mismas inquietudes. Al ir descubriendo cómo ayudó a Rut la fe que tenía, veremos muchos aspectos en los que podemos imitarla.

 ¿Qué constituye una familia?

Rut trabajó duro para cubrir sus necesidades y las de Noemí
Cuando Rut termina de desgranar la cebada y recogerla, ve que tiene aproximadamente una medida de efá, el equivalente a unos 20 litros de capacidad. Toda aquella cebada pesa nada menos que 14 kilos (30 libras). La amontona encima de una pieza de tela, hace un fardo, se lo coloca sobre la cabeza y emprende el camino hacia Belén mientras anochece (Rut 2:17).

Noemí se alegra de ver llegar a su querida nuera y quizás hasta suelta un grito de sorpresa al ver el pesado fardo de cebada que carga. Rut también trae algunas sobras de la comida que Boaz ofreció a los trabajadores, y con eso cenan las dos. Noemí le pregunta: “¿Dónde espigaste hoy, y dónde trabajaste? Llegue a ser bendito el que se fijó en ti” (Rut 2:19). Al ver todo lo que Rut ha traído, Noemí se da cuenta de que alguien se ha fijado en ella y la ha tratado con amabilidad.
Las dos se ponen a hablar, y Rut le cuenta a Noemí lo amable que ha sido Boaz con ella. Noemí, conmovida, responde: “Bendito sea él de Jehová, que no ha abandonado su bondad amorosa para con los vivos y los muertos” (Rut 2:19, 20). Para ella, las bondades de Boaz venían de Jehová, pues él impulsa a sus siervos a ser generosos y promete recompensarles por sus buenas acciones (Proverbios 19:17). *
Noemí aconseja a Rut que acepte la oferta de Boaz de continuar espigando en sus campos cerca de las jóvenes de su casa para que los cosechadores de otros campos no la molesten. Rut le hace caso y, además, “sigu[e] morando con su suegra”, lo cual pone de relieve una vez más su cualidad distintiva: el amor leal (Rut 2:22, 23). ¿Y nosotros? ¿Honramos a nuestra familia, apoyándola y ayudándola cuando hace falta? Jehová siempre se percata de los actos de amor leal.


Rut y Noemí se ayudaron y animaron mutuamente
¿Se puede decir que Noemí y Rut constituían una familia? En algunas culturas se cree que para que una familia lo sea en el pleno sentido de la palabra tiene que contar con un padre, una madre, hijos, abuelos, etc. Pero el caso de Noemí y Rut nos ayuda a ver que cuando uno es siervo de Jehová, su familia —aunque pequeña y tal vez incompleta — puede llevarse muy bien y rebosar de bondad y amor. ¿Agradecemos la familia que tenemos? Jesús recordó a sus seguidores que aun quienes no tienen familia la pueden encontrar en la congregación cristiana (Marcos 10:29, 30).

“Es uno de nuestros recompradores”

Rut se queda espigando en los campos de Boaz desde la cosecha de la cebada (alrededor de abril) hasta la del trigo (alrededor de junio). Las semanas transcurren, y seguro que Noemí sigue pensando en lo que puede hacer por su querida nuera. Antes de partir de Moab, Noemí estaba convencida de que jamás podría encontrarle otro esposo a Rut (Rut 1:11-13). Pero ahora empieza a pensar de otra forma. Aborda a Rut y le dice: “Hija mía, ¿no debo buscarte lugar de descanso[?]” (Rut 3: 1). En aquellos tiempos la costumbre era que los padres se encargaran de buscar cónyuges para sus hijos, y Rut había llegado a ser una verdadera hija para Noemí. De ahí que Noemí quisiera encontrarle a Rut un “lugar de descanso”, es decir, un esposo y un hogar que le proporcionaran seguridad y protección. Pero ¿qué puede hacer Noemí?
Cuando Rut mencionó a Boaz por primera vez, Noemí dijo: “El hombre es pariente nuestro. Es uno de nuestros recompradores” (Rut 2:20). ¿Qué quería decir con eso? La Ley que Jehová dio a Israel incluía unas disposiciones amorosas para aquellas familias que atravesaban dificultades por haber caído en la pobreza  o haber perdido a un ser querido. Si una mujer enviudaba sin haber tenido hijos, su dolor se veía incrementado por el hecho de que su esposo no tendría posteridad y su nombre se perdería. Pero la Ley de Dios permitía que el cuñado se casara con la viuda para que esta diera a luz un heredero que perpetuara el nombre del difunto y heredara los bienes de la familia (Deuteronomio 25:5-7). *
Noemí le explica a Rut su plan. Podemos imaginar cómo se le abren los ojos a la joven al escuchar sorprendida a su suegra. Probablemente Rut aún no conoce bien la Ley, y muchas de sus costumbres de seguro le resultan extrañas. Pero como respeta tanto a Noemí, escucha con atención todo lo que le dice. La recomendación que le da tal vez le resulte chocante o bochornosa y, en cierto sentido, hasta humillante. No obstante, Rut accede y obedientemente responde: “Todo lo que me dices lo haré” (Rut 3: 5).
A los jóvenes a veces les resulta difícil obedecer los consejos de quienes son mayores y tienen más experiencia, pues piensan que no son capaces de entender los retos y problemas que afronta la juventud. Pero el ejemplo de humildad de Rut nos recuerda que hacer caso de la sabiduría de las personas mayores que nos aman y velan por nuestros intereses puede ser muy provechoso. Ahora bien, ¿cuál fue el consejo de Noemí? Y ¿resultó premiada la obediencia de Rut?

Rut en la era

Al atardecer, Rut se va a la era, un espacio llano, de tierra firme, al que varios agricultores  llevan su mies para trillarla y aventarla. Normalmente se escogía un lugar que estuviera en la ladera o la cima de un monte, donde las brisas soplaran con fuerza al atardecer. A fin de separar el grano de la paja y el tamo, se utilizaba un bieldo o una gran pala para echar la mies al viento, que se llevaba el tamo y la paja. Al ser más pesados, los granos caían de nuevo en la era.
Rut contempla con discreción cómo los aventadores terminan poco a poco su trabajo conforme va anocheciendo. Boaz ha estado supervisando el aventado de su mies, y ya ha juntado una gran cantidad de cereal. Come con ganas y luego se acuesta al lado de su montón de grano. Posiblemente esa era una práctica común en aquella época para proteger la preciada cosecha de ladrones y merodeadores. Cuando Rut ve que Boaz se acuesta, sabe que ha llegado la hora de llevar a cabo el plan de Noemí.
Con el corazón acelerado, Rut se le acerca sigilosa y al constatar que está profundamente dormido, sigue las instrucciones de Noemí: le destapa los pies, se acuesta allí y espera. Pasa el tiempo, que para Rut debe ser como una eternidad. Entonces, a medianoche, Boaz empieza a moverse. Temblando de frío se incorpora, probablemente para cubrirse de nuevo los pies. Pero nota que hay alguien. El relato bíblico lo expresa así: “¡Mire!, ¡una mujer acostada a sus pies!” (Rut 3: 8).
“¿Quién eres?”, pregunta él. Ella responde, tal vez con voz temblorosa: “Soy Rut tu esclava, y tienes que extender tu falda sobre tu esclava, porque tú eres un recomprador” (Rut 3: 9). Algunos comentaristas modernos han tratado de insinuar que las acciones y las palabras de Rut tenían cierto trasfondo sexual, pero pasan por alto dos detalles. En primer lugar, Rut estaba siguiendo las costumbres de la época, muchas de las cuales no se entienden hoy día. Así que sería un error juzgar sus actos según las bajas normas morales y la mentalidad retorcida propias de estos tiempos. En segundo lugar, la reacción de Boaz indica que, a sus ojos, la conducta de Rut era moralmente casta y muy encomiable.


Rut buscó a Boaz con motivos puros y altruistas
Boaz, sin duda con un tono dulce y tranquilizador, le dice: “Bendita seas de Jehová, hija mía. Has expresado tu bondad amorosa mejor en el último caso que en el primer caso, al no ir tras los jóvenes, fueran de condición humilde o ricos” (Rut 3:10). “El primer caso” se refiere al amor leal que mostró Rut al acompañar a Noemí hasta Israel y cuidarla. “El último caso” es este. Boaz reconoce que una joven como Rut podía haber buscado un esposo mucho más joven, fuera rico o pobre. Pero ella quiere hacerle bien no solo a Noemí sino también al difunto esposo de Noemí, es decir, desea perpetuar el nombre de este en su tierra natal. Es fácil ver por qué le impresiona a Boaz el altruismo de Rut.

Boaz añade: “Y ahora, hija mía, no tengas miedo. Todo lo que dices lo haré para ti, porque toda persona en la puerta de mi pueblo se da cuenta de que eres una mujer excelente” (Rut 3:11). Le agrada la idea de casarse con Rut y puede que no le haya extrañado del todo que le pida ser el recomprador. Pero Boaz es un hombre justo, y no solo busca satisfacer sus propias preferencias. Le dice a Rut que, en vista de que hay otro recomprador con una relación de parentesco más cercana, le va a dar a él la oportunidad de casarse con ella.
Boaz insta a Rut a que vuelva a acostarse y descanse hasta que se acerque el amanecer; así podrá marcharse sin ser vista. Él desea proteger la reputación de ella y también la suya, pues alguien pudiera pensar equivocadamente que han incurrido en algún tipo de conducta inmoral. Rut vuelve a acostarse a los pies de Boaz, quizás más tranquila en vista de que él ha respondido con tanta bondad a su petición. Unas horas después, mientras todavía está oscuro, Boaz le llena la capa de cebada, y ella regresa a Belén con el generoso regalo.
 Rut debe sentirse sumamente satisfecha de que Boaz haya dicho que todo el mundo la considera “una mujer excelente”. Seguro que algo que ha influido mucho en que tenga tan buena reputación es su anhelo de conocer a Jehová y servirle. Además, ha demostrado una gran bondad y sensibilidad hacia Noemí y su pueblo, pues ha estado dispuesta a adaptarse a una cultura y unas costumbres que seguramente desconocía. Si imitamos la fe de Rut, nos esforzaremos por tratar a los demás, así como su cultura y costumbres, con profundo respeto. Y si lo hacemos, puede que también nos labremos una excelente reputación.

Un lugar de descanso para Rut

“¿Quién eres, hija mía?”, dice Noemí cuando Rut llega a la casa. Aunque es posible que con la oscuridad no la haya podido reconocer, lo que seguramente quiere saber Noemí es si Rut todavía es la misma viuda de antes, una mujer sola y sin compromiso, o si ya tiene la perspectiva de casarse. Rut enseguida le cuenta a su suegra todo lo que ha pasado y le entrega el generoso regalo de cebada que Boaz le envía (Rut 3:16, 17). *
Noemí, con la sensatez que la caracteriza, exhorta a Rut a sentarse en casa tranquila y no salir ese día a espigar en los campos. Luego le asegura: “El hombre no tendrá descanso a menos que haya acabado con el asunto hoy” (Rut 3:18).
 Y eso es precisamente lo que hace Boaz. Va a la puerta de la ciudad —donde suelen reunirse los ancianos de Belén — y espera hasta que pase el hombre que tiene un parentesco más cercano con la familia de Elimélec, el difunto esposo de Noemí. Delante de testigos, Boaz le ofrece la oportunidad de ser el recomprador casándose con Rut. Pero el hombre no acepta, alegando que con ello arruinaría su propia herencia. Entonces, ante los testigos que ha reunido allí, Boaz declara que él será el recomprador y comprará todo lo que le pertenecía a Elimélec y se casará con Rut, la viuda de Mahlón, su hijo. La razón para obrar así, según las propias palabras de Boaz, es “para hacer que el nombre del muerto se levante sobre su herencia” (Rut 4:1-10). Desde luego, Boaz es un hombre recto y altruista.
Boaz se casó con Rut y, como dice el relato bíblico, “Jehová le concedió a ella concebir, y ella dio a luz un hijo”. Las mujeres de Belén bendijeron a Noemí y alabaron a Rut por serle mejor que siete hijos varones. Con el tiempo, como añade el relato, el hijo de Rut llegó a ser antepasado de un gran rey: David (Rut 4:11- 22). David, a su vez, fue antepasado de Jesucristo (Mateo 1: 1). *


Jehová bendijo a Rut con el privilegio de llegar a ser antepasada del Mesías
Rut fue realmente bendecida, y también Noemí, quien la ayudó a criar al niño como si fuera suyo. La vida de estas dos mujeres constituye un claro recordatorio de que a Jehová Dios no le pasan desapercibidos todos los que trabajan duro efectuando tareas humildes para mantener a su familia y, al mismo tiempo, le sirven lealmente con su pueblo escogido. Jehová

BETSABE

QUIEN FUE BETSABE?

Betsabé
La mujer cuya belleza Resultó en adulterio y asesinato
Las referencias bíblicas-2 Samuel 11:2, 3; 12:24; 1 Reyes 1:11-31; 2:13-19; 1 Crónicas 03:05
Nombre Significado-la séptima hija o la hija de un juramento. "Bath" significa "hija". Un nombre es afín Bath Súa, cananea que un nombre lo indica, "la hija de la opulencia." La esposa de Judá se le conoce como "la hija de Súa" (Génesis 38:2, 1 Crónicas 2: 3). Baño Shua era también el nombre de la hija de Amiel y esposa de David (1 Crónicas 3:5).
Family Connections Betsabé vino de una familia temerosa de Dios. Ella era la hija de Eliam o Ammiah, que era el hijo de Ahitofel. Eliam, cuyo nombre significa "Dios es misericordioso", fue uno de los oficiales valientes de David. Betsabé se convirtió en la esposa de Urías, el más leal de los hombres de David. Tras el asesinato de Urías, se convirtió en la esposa de David y madre de cinco hijos que tuvo con él. El primero murió en la infancia. Los otros eran Salomón, Simea, Shobub y Nathan. Ella es mencionada en la genealogía de nuestro Señor como "la que fue mujer de Urías" (Mateo 1:6).
El registro sagrado nos informa de que la asociación de David con Betsabé fue la única mancha en el escudo de David. "David había hecho lo recto ante los ojos del Señor, y sin apartarse de ninguna cosa que le mandase se había todos los días de su vida, salvo en el caso de Urías" (1 Reyes 15:5). Si esta fuera la única mancha en su página, que fue uno fuertemente arraigada, y uno que no podía ser borrada, en cuanto a los efectos de su tratamiento de Urías se trate. Si bien Dios perdona libremente un pecador, a menudo los efectos del pecado cometido permanecen. El lapso trágico en la vida del hombre conforme al corazón de Dios se construye con arte consumado, de primera vista de David con Betsabé al clímax de su remordimiento indecible al darse cuenta de la enormidad de su pecado más grave, se arrojó a la misericordia de Dios.
La triste historia comienza con la frase significativa: "Pero David se quedó en Jerusalén" (2 Samuel 11:1). Los israelitas estaban en guerra con los amonitas, y el rey que se había mostrado valiente y victorioso en la batalla debería haber estado con su ejército. Pero ahora un hombre maduro, y el veterano de muchas guerras, y gobernará a Israel por unos doce años David había llegado a ser algo blando e indulgente consigo mismo. Había tenido su día de campaña dura y cansancio de la guerra. Ahora era el momento de dejar los rigores y riesgos de la batalla a sus oficiales, y sentarse a tomar las cosas con calma. Pero ya no lucha contra la batalla del Señor, David fue expuesto al ataque y así se vio envuelto en el drama triángulo de pasión, intriga y asesinato.
Holgazanear en la azotea de su palacio, David vio a una mujer en la azotea de una casa cercana desnudarse y bañarse ella misma, y ​​sus pasiones estaban emocionados. Betsabé, la mujer exponerse nudely, fue "muy bonito de ver," y David, siempre atraído por las mujeres hermosas, envidiaban a ella, y se convirtió en culpable de una vergüenza atroz. Aunque David fue a confesar que su pecado era su falta, y sólo de él, uno se pregunta hasta qué punto Betsabé era la cómplice en un pecado, así como su provocación. ¿Había sido una mujer prudente, modesto, seguramente ella habría visto alrededor de los techos fácilmente visibles adyacentes, y si los demás habían estado buscando su camino, ella habría sido más apropiada modesto en el baño sola.
Además, cuando se envió por David, de haber sido una esposa fiel y una mujer de principios que debería haberse negado a obedecer la citación del rey. Como ella vio a David festejando sus ojos sobre ella, tenía ella un presentimiento de lo que iba a pasar? Si no es así, entonces, cuando la presencia del rey, ella debería haber valientemente se negó a ceder al adulterio. Más tarde, en el registro sagrado, una mujer, un pagano reina Vasti, valiente, con firmeza se negó a exponerse antes de vino en flameadas los hombres, y fue expulsado de la corte. Si Betsabé mostrado la misma determinación para preservar su dignidad, David, el ungido de Israel, nunca hubiera pecado como lo hizo. Después del acto adúltero en el dormitorio del rey, Betsabé manifiesta ningún sentimiento de culpa, pero después del asesinato de su marido, casi de inmediato se dirigió al palacio para complementar muchas esposas de David.
Betsabé sólo añade insulto a la lesión por caer en su relación ilícita con otro hombre mientras su marido legal estaba arriesgando su vida al servicio de su seductor. Aprendiendo de la condición de embarazada de Betsabé, Urías, David se dio prisa a casa para alejar toda sospecha, pero su regreso, el soldado devoto, un hombre de más alto principio, se negó cualquier contacto físico con su esposa. Plan inteligente de David fracasó, y la trama se complica. Uriah debe ser librado de, por lo que fue enviado de vuelta al campo de batalla con una carta a Joab poner a Urías en el lugar principal donde fue obligado a matar. Piadoso, valiente Urías tenía ninguna idea de que esa carta sellada llevó su sentencia de muerte. Así, por David lujuria, adulterio, el engaño, la traición y el asesinato seguido en rápida sucesión.
Después del período de luto acostumbrado Betsabé se convirtió en la esposa de David, y su hijo de una unión adúltera nació sin vergüenza, sólo para morir en una semana de su nacimiento. "El Señor hirió al niño que Urías mujer desnuda David." El profundo dolor de David sobre la enfermedad y la muerte del niño, aunque no para aliviar el rey de su delito criminal, nos da una idea de su mejor naturaleza y de su fe en reunión más allá de la tumba. Tal vez ningún otro pasaje de la Biblia ha sido utilizada para consolar los corazones afligidos en la hora de la muerte como aquel en el que David nos asegura la inmortalidad. Duelo por su hijo muerto, dijo, "¿Podré yo hacerle volver?" No, él no podía. Luego vinieron las palabras vendar la herida cruel muerte causa: "Yo voy a él, mas él no volverá a mí." Tanto David y Betsabé debe haber tenido mucha agonía del alma, ya que llegó a estar profundamente conscientes de que la muerte de su hijo, concebido fuera del matrimonio, fue un juicio divino sobre el pecado oscuro.
Divinamente instruido, Natán el profeta llevó a David a darse cuenta de su maldad terrible, y sincero en su confesión de su pecado, recibió de Nathan la palabra asegurando: "El Señor también tiene remitido tu pecado." Mucho se ha escrito acerca de David arrepentimiento preservada para nosotros en el Salmo 51-a. Salmos penitenciales saturada de lágrimas y el Salmo 32, David expresar gratitud a Dios por su gracia y misericordia que perdona Pero graciosamente perdonado, ni siquiera Dios podría evitar las consecuencias naturales de la transgresión de David, y vino a demostrar su dolor posterior inevitable. El mal se levantaron contra él en su propia casa (2 Samuel 12:11). David se encontró caído en desgracia por un hijo (13:4), desterrado por otra (15:19), se rebelaron contra un tercio (1 Reyes 2), con barba de su criado, traicionado por sus amigos, abandonado por su pueblo, privado de sus hijos.
¿Qué pasa con Betsabé? Con David, se hizo consciente de su participación en la transacción inicua del pasado? Corresponsable en el pecado de David, tenía sus lágrimas de arrepentimiento se mezclan con los de los de su marido? Eso parece, porque Dios los bendijo con otro hijo a quien llamaron Salomón, que significa "Amado del Señor." ¿Por qué no fue un hijo dado a una de las otras esposas de David? Dado a David y Betsabé no fue Salomón una evidencia y expresión del amor perdonador de Dios para ambos? Entonces, ¿no inclusión de Betsabé en la genealogía de Jesús (Mateo 1) otra señal de que Dios había puesto sus pecados a sus espaldas? Restaurado a favor divino, y ahora virtuoso y sabio, así como hermosas, Betsabé llevó a su hijo Salomón con toda diligencia y cuidado piadoso. Salomón se puso a escribir: "Instruye al niño en su camino," (Proverbios 22:6), lo que refleja su educación consejo piadoso propio. La tradición dice que era Betsabé quien compuso Proverbios 31, como una exhortación a Salomón en su matrimonio con la hija del Faraón. Si esto es así, podemos entender todas las advertencias en contra de los halagos de la mujer extraña con la que Proverbios abunda.
Después de su caducidad, la recuperación y el nacimiento de Salomón, el resto de la vida de Betsabé está velado en silencio. Podemos imaginar lo noble calma, apacible dignidad y coraje reina se convirtió en la de ella. Que ella mantuvo su influencia sobre David hasta su muerte, se demuestra por la forma en que ella le recordó al rey su promesa de hacer de su hijo, Salomón, su sucesor. El velo de silencio se levanta de nuevo cuando se convirtió en rey Salomón, y Betsabé, a quien Salomón venerado, llegó a su presencia para pedir que Abisag, que cuidaba de David en sus últimos días, se darán en casamiento a Adonías, hijo de Haguit, se de las otras esposas de David.
Una lección que podemos aprender de Betsabé es que está asegurado el perdón de Dios no permitió que su único pecado arruinar toda su vida. Arrepentido, utilizó su error como una guía para el futuro, una mejor conducta. Al meditar sobre los pecados que Dios ha dicho que no recuerdo nada más en contra de nosotros, de hecho dudar de su misericordia, y roban a nosotros mismos del poder espiritual y el progreso. Lea de nuevo el Salmo 51 y el Salmo 32.

 ABRAHAM
ISAAC
JACOB
                JUDA ( TAMAR)
FARES
ESROM
AMINADAB
NAASON
           SALMON (RAHAB
              BOOZ (RUTH)
OBED
ISAI
(BETSABE) DAVID
SALOMON                                                                  NATAN
ROBOAM                                                                    MATATA
ABIAS                                                                         MOINAN
ASA                                                                             MELEA
JOSAFAT                                                                     ELIAQUIM
MATAN                                                                       MATAT
JACOB                                                                        ELI
                           JOSE                       MARIA

                                         JESUS




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