jueves, 21 de septiembre de 2017

LA HISTORIA DE RAHAB













LA HISTORIA DE RAHAB

La historia de Rahab, sucede en tiempos de la conquista de Canaán. Moisés, gran hombre y siervo de Dios, había muerto y era el tiempo en que Josué, quien le sucedió en el liderazgo, había de levantarse y pasar el Jordán hacia la tierra prometida. El registro donde primeramente se menciona a Rahab, Josué capítulo 2, ocurrió como una semana antes de que el pueblo de Israel cruzara el Jordán. Rahab vivía en Jericó, una ciudad amurallada, localizada al oeste del río Jordán. Josué 2:1: Josué hijo de Nun envió desde Sitim dos espías secretamente, diciéndoles: Andad, reconoced la tierra, y a Jericó. Y ellos fueron, y entraron en casa de una ramera que se llamaba Rahab, y posaron allí. Josué actúa inmediatamente en la revelación de Dios respecto a pasar el Jordán (1:2) y envía desde Sitim, a dos espías secretamente a reconocer la tierra que estaban a punto de tomar. Estos espías, cruzando el Jordán, llegaron furtivamente a Jericó y entraron en casa de Rahab. Lo primero que debemos entender en este versículo 1, es que Josué no iba a arriesgar a dos de sus mejores hombres enviándolos, por decirlo así, a la boca del lobo. Dificilmente Josué hubiera enviado estos espías sin la anuencia de Dios en este asunto. Este versículo hace mención de Rahab y dice que era una ramera. Primero que todo, el nombre Rahab viene del vocablo Hebreo RACHAB que significa “amplia” o “espaciosa”. La palabra “ramera” es del vocablo Hebreo ZONAH que se refiere a una mujer que fornica o comete adulterio, se presta como prostituta o ramera. Esta palabra se usa también de personas que al adorar a otros dioses se comparan con rameras y adulteras, es decir, fornicación espiritual, idolatría. Debemos también considerar lo siguiente: algunos eruditos afirman que la palabra ZONAH puede tratarse de una ambigüedad en la traducción del Hebreo y han preferido traducir el vocablo ZONAH como “alimentar” que se deriva de ZUN en lugar de “ramera” En la literatura rabínica, el comentarista Judío, Rashi, interpreta el vocablo Hebreo ZONAH, ramera, como una que vende alimento basándose en el Targum que en Josué 2:1, la traduce como mesonera.
Observemos lo que algunos pasajes en la Palabra de Dios, en el Antiguo Testamento dicen respecto a la prostitución. En Génesis 38:24, Judá pensando que Tamar era una ramera ordenó que la quemaran. En Levítico 21:9, dice que una ramera sería quemada en el fuego. En Deuteronomio 22:21, dice que una mujer hallada en esta vileza sería apedreada hasta morir. En Levítico 21:14-15, se le prohibió a los levitas casarse con rameras para no profanar a su descendencia. En Deuteronomio 23:18, no debía traerse la paga de una ramera a la casa de Jehová por ningún voto porque era abominación a Jehová. En otras palabras, la paga de una ramera se consideraba como dinero mal habido y se prohibía traerlo a la casa de Dios como ofrenda. En Proverbios 23:27, dice que abismo profundo es la ramera.
 La conducta de Rahab, según lo que observaremos en el capítulo 2 de Josué, es la de una mujer creyente de la Palabra de Dios y respetuosa de El y no tiene ninguna relación a lo que se dice en el Antiguo Testamento sobre una ramera. Otra palabra importante en Josué 2:1, es la que se traduce como “posaron”, Hebreo LUWN o LIYN que entre sus significados connota la idea de hospedarse o pasar la noche.
El hecho de que los espías se hospedaron en la casa de Rahab y considerando la posibilidad que ella vendía alimentos, nos hace pensar que una parte de la casa de Rahab estaba destinada para hospedar a huéspedes a quienes también alimentaban, es decir ella brindaría un servicio, para expresarlo en términos modernos, de cama y comida y esto cobra sentido teniendo en cuenta la traducción de la palabra “ramera” como “mesonera”. La casa de Rahab sería un mesón, lugar para hospedar y dar de comer a los que llegaban a la ciudad por negocios.
 Otro detalle que debemos tener en cuenta es que la cultura Oriental era muy estricta en cuanto al ingreso de hombres a casa de mujeres, esto realmente no se hacía a menos que fuera el esposo y la familia y las leyes eran muy severas en cuanto a la violación de estas reglas. Pero siendo el mesón un establecimiento abierto al público, cualquiera podría entrar a solicitar servicio de comida y hospedaje.
 La casa de Rahab era un lugar que estaba estratégicamente ubicado para este tipo de negocios pues estaba en el muro de la ciudad (2:15), cercana a las puertas de la misma, que era el centro de actividades de Jericó. Otro detalle que debemos tener en cuenta en Josué 2:1, es que los espías, mezclados entre la gente, llegaron a hospedarse, no a solicitar servicios de sexo, ellos no estaban en planes de parranda en Jericó, sino por un propósito muy serio y llegarían a ese lugar guiados por Dios. De haber llegado estos espías a cualquier otro lugar de la ciudad hubieran sido delatados y apresados inmediatamente puesto que en Jericó se sabía que Josué y su gente acampaban muy cerca de ellos, a unos 8 kilómetros, solo separados por el Jordán y Josué y su gente podían ser observados desde los muros de Jericó.
 En realidad estos dos hombres se jugaron la vida cuando fueron a Jericó a la casa de Rahab, que jugaba un papel muy importante para ellos reconocer el terreno que habían de tomar y necesitaban de la colaboración única de Rahab, que como veremos era una mujer, aunque cananea, respetuosa de Dios. La casa de Rahab se convirtió en un lugar de protección para los dos espías. Josué 2:2: Y fue dado aviso al rey de Jericó, diciendo: He aquí que hombres de los hijos de Israel han venido aquí esta noche para espiar la tierra. Tarde que temprano la gente de Jericó se enteró que había dos hombres de Israel infiltrados en la ciudad para espiar la tierra en casa de Rahab.
 Ahora las cosas se complican más para los espías que corren el peligro inminente de ser arrestados, torturados y ejecutados. Josué 2:3-7: 3 Entonces el rey de Jericó envió a decir a Rahab: Saca a los hombres que han venido a ti, y han entrado a tu casa; porque han venido para espiar toda la tierra. 4 Pero la mujer había tomado a los dos hombres y los había escondido; y dijo: Es verdad que unos hombres vinieron a mí, pero no supe de dónde eran. 5 Y cuando se iba a cerrar la puerta [de la ciudad], siendo ya oscuro, esos hombres se salieron, y no sé a dónde han ido; seguidlos aprisa, y los alcanzaréis. 6 Mas ella los había hecho subir al terrado, y los había escondido entre los manojos de lino que tenía puestos en el terrado. 7 Y los hombres fueron tras ellos por el camino del Jordán, hasta los vados; y la puerta [de la ciudad] fue cerrada después que salieron los perseguidores. Uno podría pensar que Rahab estaba mintiendo, pero en realidad lo que ella estaba haciendo era proteger las vidas de estos dos hombres quienes habían entrado a la sombra de su tejado y a toda costa ella ahora arriesgaría su propia vida con tal de proteger a sus huéspedes. Ellos no eran meramente “clientes” del mesón, sino que estaban ahí por un propósito de Dios. Sin ninguna duda que Rahab y estos dos hombres comieron juntos, hablaron de las cosas de Dios e hicieron pactos. Ahora Rahab tenía el deber de protegerlos. Es maravilloso ver también la obediencia de estos hombres en seguir las instrucciones de Josué e ir al lugar correcto. Nótese también en el versículo 6, que ella los ocultó entre los manojos de lino lo que podría indicar que ella trabajaría cultivando el lino y fabricando telas del mismo lo cual en sí era una ocupación. Rahab no era una ramera, ella era una mujer industriosa, trabajadora y respetuosa de Dios, características de una mujer virtuosa. Josué 2:8-11: 8 Antes que ellos se durmiesen, ella subió al terrado, y les dijo: 9 Sé que Jehová os ha dado esta tierra; porque el temor de vosotros ha caído sobre nosotros, y todos los moradores del país ya han desmayado por causa de vosotros. 10 Porque hemos oído que Jehová hizo secar las aguas del Mar Rojo delante de vosotros cuando salisteis de Egipto, y lo que habéis hecho a los dos reyes de los amorreos que estaban al otro lado del Jordán, a Sehón y a Og, a los cuales habéis destruido.11 Oyendo esto, ha desmayado nuestro corazón; ni ha quedado más aliento en hombre alguno por causa de vosotros, porque Jehová vuestro Dios es Dios arriba en los cielos y abajo en la tierra. Rahab, subió al terrado donde los había ocultado y sabía en su corazón lo que Dios iba a hacer contra su pueblo pues recordaba y creía todo lo que había oído que Dios había hecho por el pueblo de Israel y ella sube, por decirlo así, a hablar de las maravillas de Dios con aquellos hombres creyentes, esto debió haber sido una comunión muy íntima en el terrado, tres personas edificándose, hablando de las maravillas de Dios. En este compartir, Rahab hace una tremenda declaración: “Jehová vuestro Dios es Dios arriba en los cielos y abajo en la tierra.”
Mucha gente en el mundo cree solamente que Dios es el Dios de los cielos, pero no de la tierra, no tienen ningún respeto por El. La filosofía de esta gente es: “Dios manda allá arriba, pero acá abajo mandó yo”. Bueno, así no era como pensaba Rahab que sabía que Dios es el Dios de los cielos y de la tierra. ¿Recuerdan las palabras del Señor Jesucristo en Mateo 6:10? “Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra.” Rahab, tal como el Señor Jesucristo, sabía y creía que Dios es el Dios de los cielos y de la tierra y Su voluntad se iba a llevar a cabo sobre Jericó ya que sea que les gustara o no. Josué 2:12-13: 12 Os ruego pues, ahora, que me juréis por Jehová, que como he hecho misericordia con vosotros, así la haréis vosotros con la casa de mi padre, de lo cual me daréis una señal segura;13 y que salvaréis la vida a mi padre y a mi madre, a mis hermanos y hermanas, y a todo lo que es suyo; y que libraréis nuestras vidas de la muerte. Rahab había obrado con misericordia para con los dos hombres de Josué. La palabra “misericordia” es del vocablo Hebreo CHESED, que significa: amor leal nacido del afecto, la gracia, la bondad y la fidelidad. Los hechos de Rahab para con estos hombres nacieron de un compromiso de amor, lealtad y fidelidad hacia ellos y Rahab les pedía que hicieran lo mismo para con ella y su familia para salvarlos de la muerte. Josué 2:14: Ellos le respondieron: Nuestra vida responderá por la vuestra, si no denunciareis este asunto nuestro; y cuando Jehová nos haya dado la tierra, nosotros haremos contigo misericordia y verdad. El pacto de lealtad y fidelidad fue mutuo entre los espías y Rahab. Josué 2:15: Entonces ella los hizo descender con una cuerda por la ventana; porque su casa estaba en el muro de la ciudad, y ella vivía en el muro. La Biblia no revela mayores detalles de la misión cumplida por estos hombres, pero ciertamente estando ellos en el lugar más alto de la ciudad pudieron divisar el territorio, la ciudad, los muros, observar el poderío militar de Jericó, etc. La ventana por donde descendieron los hombres miraba hacia la parte externa de la ciudad y así fue como pudieron escapar habiendo cumplido con el propósito de su visita. Josué 2:16-21: 16Y les dijo [Rahab]: Marchaos al monte, para que los que fueron tras vosotros no os encuentren; y estad escondidos allí tres días, hasta que los que os siguen hayan vuelto; y después os iréis por vuestro camino. 17Y ellos le dijeron: Nosotros quedaremos libres de este juramento con que nos has juramentado. 18 He aquí, cuando nosotros entremos en la tierra, tú atarás este cordón de grana a la ventana por la cual nos descolgaste; y reunirás en tu casa a tu padre y a tu madre, a tus hermanos y a toda la familia de tu padre. 19 Cualquiera que saliere fuera de las puertas de tu casa, su sangre será sobre su cabeza, y nosotros sin culpa. Mas cualquiera que se estuviere en casa contigo, su sangre será sobre nuestra cabeza, si mano le tocare. 20 Y si tú denunciares este nuestro asunto, nosotros quedaremos libres de este tu juramento con que nos has juramentado. 21 Ella respondió: Sea así como habéis dicho. Luego los despidió, y se fueron; y ella ató el cordón de grana a la ventana. Aunque Rahab era una dama, ellos por decirlo así, hicieron un pacto de caballeros entre las dos partes, nadie iba a traicionar al otro por el compromiso hecho de lealtad y fidelidad. Ellos le pidieron a Rahab que atara un cordón de grana, un cordón teñido de color carmesí o rojo, a la ventana como señal de lo que ella había requerido en el versículo 12. Con esto los espias dieron a entender a Rahab que la protegerían a ella y a su familia de la mortandad cuando se tomaran la ciudad de Jericó que era tan vital para la conquista de la tierra prometida. Notemos también que el versículo 18, los espías le dicen a Rahab que para cuando entraran a Jericó, ella reuniera en su casa a su padre y a su madre, a sus hermanos y a toda la familia de su padre. Esto nos indicaría que no toda la familia de Rahab vivía con ella, sino que en su casa, el mesón, siendo un lugar espacioso, ahí reuniría a toda su familia para seguridad de ellos. Josué 2:22-24: 22 Y caminando ellos, llegaron al monte y estuvieron allí tres días, hasta que volvieron los que los perseguían; y los que los persiguieron buscaron por todo el camino, pero no los hallaron. 23 Entonces volvieron los dos hombres; descendieron del monte, y pasaron, y vinieron a Josué hijo de Nun, y le contaron todas las cosas que les habían acontecido. 24 Y dijeron a Josué: Jehová ha entregado toda la tierra en nuestras manos; y también todos los moradores del país desmayan delante de nosotros. La misión de los dos espías se había cumplido exitosamente y que joya de mujer hallaron estos hombres en Jericó quien los respaldó incondicionalmente. Con esta visita de los espías a Jericó se estableció que era correcto tomar la ciudad. Rahab se menciona nuevamente en el capítulo 6 de Josué. Pero antes de observar algunos apartes de ese capítulo, hagamos un breve recuento de los acontecimientos previos a la caída del muro de Jericó. Josué y su gente cruzaron el Jordán de manera milagrosa, las aguas de este río se abrieron y ellos pasaron en seco y luego se volvieron a cerrar. Debemos considerar también que los dos espías que previamente fueron a Jericó debieron haber cruzado el Jordán a nado o utilizando algún tipo de embarcación pequeña puesto que la manera de llegar a Jericó era cruzando ese río. Como testimonio del paso por el Jordán y la manera milagrosa como éste se abrió, Dios instruyó a Josué a que levantara un monumento en Gilgal con doce piedras tomadas del Jordán conmemorativo a los hijos de Israel para siempre. De igual manera Josué levantó doce piedras en medio del Jordán en el lugar donde se detuvieron los pies de los sacerdotes mientras pasaba el pueblo. Pasado el Jordán Josué y su gente acamparon en Gilgal, al lado oriental de Jericó. Cuando el enemigo se enteró que Josué había pasado el Jordán, esto causó gran desánimo y temor entre ellos y durante ese tiempo Josué circuncidó a los hijos de los hijos de Israel que nacieron en el desierto cuando anduvieron ahí por 40 años pues nunca habían sido circuncidados y se quedaron en el campamento hasta que sanaron.
 Después los hijos de Israel celebraron la Pascua a los 14 días del mes estando acampados en Gilgal, en los llanos de Jericó. Estando Josué cerca de Jericó, se le apareció un ángel que vino a él como príncipe del ejército de Jehová, éste le dice a Josué que se quite el calzado porque el lugar donde estaba era santo.
 Esto fue la señal definitiva para que Josué y su gente tomaran a Jericó. Por otra parte, en el capítulo 6, la ciudad de Jericó esta cerrada, bien cerrada como medida de seguridad a causa del enemigo porque sabía que Josué y su gente iban a tomar la ciudad, pero ya Dios la había entregado en manos de Josué al igual que a todos los varones de guerra de Jericó. Por instrucciones de Dios, Josué y su gente habían de rodear la ciudad una vez al día por seis días consecutivos y el séptimo día le darían siete vueltas a la ciudad, en esa misma instancia caería el muro de Jericó y tomarían la ciudad. El muro de Jericó por su altura y densidad era humanamente imposible de penetrar y mucho menos derrumbar. Hebreos 11:30, dice que “por la fe [creencia] cayeron los muros de Jericó…” Josué y su gente creyeron las instrucciones que Dios les había dado y el muro se derrumbó. Josué 6:17: 17Y será la ciudad anatema [maldita] a Jehová, con todas las cosas que están en ella; solamente Rahab la ramera [mesonera] vivirá, con todos los que están en casa con ella [toda su familia], por cuanto escondió a los mensajeros que enviamos. Las únicas personas que sobrevivirían a la toma de Jericó eran Rahab y su familia debido a su valioso respaldo a los mensajeros enviados por Josué. Rahab por su creencia a Dios era la única mujer justa en Jericó y esto salvaba su vida al igual que la de toda su familia. La Palabra de Dios no dice nada acerca de su familia, solo dice que Rahab creyó. Hebreos 11:31: Por la fe [creencia] Rahab la ramera no pereció juntamente con los desobedientes, habiendo recibido a los espías en paz. Este versículo revela la causa por la cual la gente de Jericó perecería: DESOBEDIENCIA y de igual manera podemos observar que Rahab fue una mujer que creyó y obedeció a Dios y Su Palabra. Santiago 2:25: Asimismo también Rahab la ramera, ¿no fue justificada por obras, cuando recibió a los mensajeros y los envió por otro camino? Aunque en Hebreos 11:31 y Santiago 2:25, se usa injustamente la palabra “ramera”, del griego porne que se refiere a una prostituta, estos versículos deben entenderse en luz de su uso previo o contexto remoto donde se aclara que Rahab era una mesonera mas no una ramera. Rahab era una gran mujer, respetuosa de Dios y fue justificada por su obrar en creencia en el plan de Dios para la toma de Jericó de lo cual ella fue una pieza fundamental e importante. Josué continua dando las instrucciones finales a su gente justo antes de la toma de Jericó. Josué 6:18-23: 18 Pero vosotros guardaos del anatema; ni toquéis, ni toméis alguna cosa del anatema, no sea que hagáis anatema el campamento de Israel, y lo turbéis. 19 Mas toda la plata y el oro, y los utensilios de bronce y de hierro, sean consagrados a Jehová, y entren en el tesoro de Jehová. 20 Entonces el pueblo gritó, y los sacerdotes tocaron las bocinas; y aconteció que cuando el pueblo hubo oído el sonido de la bocina, gritó con gran vocerío, y el muro se derrumbó. El pueblo subió luego a la ciudad, cada uno derecho hacia adelante, y la tomaron. 21 Y destruyeron a filo de espada todo lo que en la ciudad había; hombres y mujeres, jóvenes y viejos, hasta los bueyes, las ovejas, y los asnos. 22 Mas Josué dijo a los dos hombres que habían reconocido la tierra:

Entrad en casa de la mujer ramera [mesonera], y haced salir de allí a la mujer [Rahab] y a todo lo que fuere suyo, como lo jurasteis. 23 Y los espías entraron y sacaron a Rahab, a su padre, a su madre, a sus hermanos y todo lo que era suyo; y también sacaron a toda su parentela, y los pusieron fuera del campamento de Israel. Es notable observar que ambas partes fueron leales al pacto que habían hecho. Rahab y su familia no se movieron de su casa confiados en que Israel tendría misericordia de ellos. Es también importante notar la importancia de haber colocado el cordón rojo en la ventana porque fue así como los dos mensajeros pudieron identificar la casa de Rahab en medio de las ruinas. Josué 6:24 y 25: 24 Y consumieron con fuego la ciudad, y todo lo que en ella había; solamente pusieron en el tesoro de la casa de Jehová la plata y el oro, y los utensilios de bronce y de hierro. 25 Mas Josué salvó la vida a Rahab la ramera [mesonera], y a la casa de su padre, y a todo lo que ella tenía; y habitó ella [Rahab] entre los israelitas hasta hoy, por cuanto escondió a los mensajeros que Josué había enviado a reconocer a Jericó. El versículo 24 dice que Rahab habitó entre los Israelitas después de la toma de Jericó lo cual es una información muy importante en relación con lo que dice Mateo capítulo 1. Mateo 1:5: Salmón engendró de Rahab a Booz, Booz engendró de Rut a Obed, y Obed a Isaí. Naasón, el padre de Salmón, se menciona en el Libro de Éxodo cuya hermana Elisabet se casó con Aarón (Éxodo 6:23), él cruzó el Mar Rojo con el pueblo de Israel, pero Naasón murió en el desierto antes de entrar a la tierra prometida, su hijo Salmón sí figuró entre los que cruzaron el Jordán y tomaron a Jericó puesto que en Números 14:31, dice que los hijos de aquellos que murieron en el desierto si entrarían en la tierra y conocerían la tierra que sus padres despreciaron; de la generación que formó parte Naasón, solo Josué y Caleb cruzaron el Jordán. Números (14:30; 26:63-65) Con base en la información anterior y teniendo en cuenta que Rahab vivió entre los israelitas, sin ninguna duda la Rahab mencionada en Mateo 1:5, es la misma mencionada en el Libro de Josué quien se casó con Salmón, ancestro del Señor Jesucristo, mencionado en Mateo 1:4-5 y Lucas 3:32. Mateo 1:5, que lista la genealogía del Señor Jesucristo, dice que Rahab era la madre de Booz ancestro del Señor Jesucristo. Salmón o Salma cuyo nombre significa “investidura” es mencionado también en Rut 4:20, 21 donde se lista la genealogía de Fares, ancestro del Señor Jesucristo, hasta David. Salmón también es mencionado en I Crónicas 2:11, 51, 54, hijo de Naasón, príncipe de los hijos de Judá. La Palabra de Dios indica que Rahab fue honrada al convertirse en esposa de Salmón. Ciertamente, Dios no hace acepción de personas, Rahab a pesar de ser cananea, creyó la Palabra de Dios y por su amor, lealtad y fidelidad al pueblo de Dios le fue salvada su vida y la de su familia. En la vida de Rahab, la mesonera y tatarabuela del rey David, observamos la continuidad del linaje de Cristo prometido en Su Palabra desde Génesis 3:15

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