domingo, 8 de octubre de 2017

EL TEMPERAMENTO DEL HOMBRE

Una de la cosas que más afecta al creyente y en la que más tenemos que trabajar es en nuestro temperamento-  carácter.
El temperamento,  es el carácter de las personas. El término proviene del latín temperamentum y está vinculado a la manera de ser y a la forma de reaccionar de los seres humanos; por lo tanto, el temperamento está directamente relacionado con la interacción con el entorno.
Quiere decir que nuestro temperamento pertenece a nuestra parta almática, es en  alma donde están los sentimientos, los pensamientos buenos y malos, salen de nuestro corazón; la ira el enojo repentino, la falta de tolerancia, para con los demás.
Estos sentimientos son parte de nuestra debilidad, de nuestra concupiscencia, denotan una falta de revelación  de la palabra de Dios en nuestras vidas
Dios quiere que sus hijos llegan a  la estatura del varo perfecto.
2Ti 1:7  Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio.

Es en el Dominio de nuestro enojo, de nuestra ira cuando vencemos, porque cuando estamos bajo el efecto de la ira y el enojo, nuestra boca  laza palabras de  maldición, lanzamos decretos y le estamos dando la autoridad a satanás  para que venga a nuestra vida y traiga desorden, aflicción, y se arraigue en nuestro corazón una raíz de amargura.
 Porque muchas veces somos nosotros mismos  por medio de nuestra ira, los  que provocamos ofensas, y es nuestra lengua, ese pequeño miembro que puede encender el fuego y arrasar todo un bosque, porque dice Santiago que todos ofendemos muchas veces, el hombre le pone freno a  la boca de los caballos, para que le obedezca, y poder  dirigir todo su cuerpo;  y la lengua un miembro tan pequeño, pero se jacta de grandes cosas; la lengua puede encender un fuego de maldad, inflama la rueda de la creación y ella misma es inflamada por el infierno, porque en el momento de la ira el enojo, es la simiente del diablo quien la controla.
En Génesis Dios le da autoridad y poder al hombre para señorear sobre toda la creación, sobre las aves del cielo, sobre los peces del mar y todos los animales de la tierra, pero ningún Hombre a podido domar su PROPIA LENGUA, la lengua es un  mal que no puede ser frenado lleno de veneno mortal.
Con ella bendecimos a Dios, y con ella maldecimos al hermano, a los hijos, al esposo, a los vecinos al amigo, nadie se salva.
⇨  En Santiago  3:11 -12 dice
¿Acaso alguna fuente echa por una misma abertura agua dulce y amarga?
Hermanos míos, ¿puede acaso la higuera producir aceitunas, o la vid higos? Así también ninguna fuente puede dar agua salada y dulce.
Tenemos que ser  sabios  y  entendidos; la sabiduría viene de lo alto, es primeramente pura,  después pacifica, amable benigna, llena de misericordia, y de buenos frutos, sin incertidumbre ni hipocresía.

Dios  por medio de su palabra nos enseña a ser sabios y entendidos.
Mejor es el que tarda en airarse, que el fuerte; el que se enseñorea en su espíritu, porque esta dominando el alma.
La  palabra áspera hacer subir el furor de la persona con la que estamos desahogando nuestra ira, o mal temperamento; y cuando es al contrario, que somos nosotros los que estamos recibiendo el ataque de la ira de otros, tenga en cuenta lo que dice proverbios,  la blanda respuesta aplaca la ira;  porque estamos siendo mansos y la mansedumbre es un fruto del Espíritu Santo, y las tinieblas o se sujetan o salen.
La cordura del hombre, detiene su furor, su ira, y su honra es pasar por alto la ofensa. Se necesita mucho temple, dominio propio, para dominar nuestra ira, hay que tener en cuenta que la ira es uno de los  dardo que nos está lanzando continuamente  enemigo, porque él sabe el poder que tiene nuestra lengua, sabe que fuimos creados a imagen y semejanza de Dios, y Dios todo lo creo con la palabra y para pronunciar la palabra de vida tuvo que necesariamente usar  la lengua, y nosotros tenemos el poder de crear, pero también el poder de destruir, (vida o muerte) la palabra dice que la vida y la muerte están en el poder de la lengua, y aquellos que la consienten comerán del fruto de ella (prov. 18:21).
Las palabras, pertenecen al ámbito  espiritual y tienen vida, tienen poder. Lo que hablamos con nuestra boca se convierten en Decretos   y que es un  Decreto?  Es algo que queda consignado en un acta  con su firma, porque fue usted quien lo decreto con su boca, pero Jesús  en la cruz se llevó los actas y los decretos, todo el derecho legal que le habíamos dado a satanás.
El que fácilmente se enoja, hará locuras, y se convertirá en un hombre perverso aborrecido,.
En la historia de José, vemos como sus hermanos Levi y Simeón, cuando supieron  que su hermana Dina había sido deshonrada, sus corazones se llenaron de ira; y sus pensamientos fueron de muerte, los anidaron en su corazón y llevaron a cabo la muerte del príncipe de Siquem.
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Con el argumento de haber vengado el honor de su  hermana.
Podríamos pensar que este primer acto de maldad, haya cauterizado su conciencia,  ya que ellos concibieron  en su corazón con engaño y astucia, debilitar a su enemigo para matarlos cobardemente;  el que no hayan sentido remordimiento cuando estando ellos lejos del  campamento de Jacob, pastoreando el rebaño de su padre, y llega José, el cual había  sido enviado por su padre a llevar alimento a sus hermanos y de paso mirar que estaban haciendo  , se haya encendido la llama de celos y envidia y hubiera estallado en ira, contra José y  hubieran tenido  pensamientos de muerte.

En la biblia podemos ver varios ejemplos de como la ira va creciendo como  una bola de nieve hasta provocar la muerte física;  pero también puede causar la muerte espiritual.

Ahora; que ha entendido esta gran revelación, es hora de levantarse,  y cancelar en el nombre que es sobre todo nombre Cristo Jesús,  cancelar y romper todo decreto toda palabra de maldición que haya sido lanzada por su boca en un momento de ira, declararlos nulos y pedirle a Jesús que los  convierta en bendición.
Empoderémonos de las armas que nos da el Espíritu Santo:
LA BENIGNIDAD;

También significa: amabilidad, es ser amable con otro(hasta con nuestro propio enemigo), todo lo contrario a la dureza, la benignidad es atribuido a Dios como uno de los  atributos morales y esto se relaciona  con la conducta del creyente.
Benignidad, es la suavidad del Carácter, Tranquilidad del espíritu, una disposición reposada para tratar con cortesía.

LA MANSEDUMBRE;

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