LOS HIJOS DE JACOB Y LA BENDICIÓN DE JACOB
RUBEN; Hijo de Lea
Bendición de Jacob
(Gén 49:3 Rubén,
tú eres mi primogénito, mi fortaleza, y el principio de mi vigor;
Principal en dignidad,
principal en poder.
Gén 49:4 Impetuoso como las
aguas, no serás el principal,
Por cuanto subiste al lecho de
tu padre;
Entonces te envileciste, subiendo a mi
estrado.
Aquí
más bien tiene el sentido de un tiempo lejano y oscuro en la perspectiva
histórico-profética del patriarca, alusivo al establecimiento de las tribus
israelitas en Canaán, momento crucial de la historia del pueblo elegido.
El
ritmo (un dístico con tres acentos) será el que prevalece en todo el poema.
Como todos los fragmentos épico-líricos del A.T., empieza reclamando
enfáticamente la atención de sus destinatarios: “Escuchad, hijos de Israel.”8
El
primero de sus hijos es Rubén, al que se le reconoce como primogénito,
y, por tanto, con derecho normal a la mejor parte de la bendición paterna.
Pero ha cometido una falta imperdonable, que le priva de sus específicas
prerrogativas.
Es el fruto de mi primer vigor (v.3) y,
por tanto, el hijo que debía llevar mejor la síntesis de la personalidad del
padre9. Pero ha sido como un torrente impetuoso y devastador al no
saber controlar su pasión, y ha profanado el lecho de su padre, uniéndose
incestuosamente con la esposa-esclava de su progenitor10.
El oráculo no alude para nada a la situación
futura de la tribu de Rubén, aunque implica que no tendrá la dirección en las
tribus, o la mejor parte, como correspondería al primogénito nato del
patriarca. La tribu de Rubén se estableció en Transjordania al norte del Amón11,
y no pudo prosperar porque fue constantemente hostigada y atacada por los
moabitas y amonitas. En el canto de Débora se echa en cara a esta tribu el no haber
participado en la lucha por la independencia nacional12.
En la bendición de Moisés13 se desea que no disminuya esta tribu, lo que
indica que se hallaba en una situación precaria próxima a extinguirse. Esta
decadencia es atribuida en 1Cr_5:1 a la maldición paterna por su incesto14.
LAS TRIBUS DE RUBEN
Historia:
Rubén primogénito de los doce hijos de Jacob. Su
madre, Lea, la menos querida de las esposas de Jacob, le dio este nombre
porque, según dijo, ‘Jehová había mirado su miseria, por cuanto entonces su
esposo empezaría a amarla’. (Génisis 29:30-32; 35:23; 46:8; Éxodo 1:1, 2; 1
Crónicas 2:1.)
Como resultado del continuo favor que Jehová mostró
a su madre, Rubén y sus cinco hermanos carnales (Simeón, Leví, Judá, Isacar y
Zabulón) constituyeron la mitad de los cabezas tribales originales de Israel;
los otros seis (José, Benjamín, Dan, Neftalí, Gad y Aser) eran sus hermanos de
padre. (Génisis 35:23-26.) Algunas de las buenas cualidades de Rubén se
demostraron cuando persuadió a sus nueve hermanos para que arrojasen a José en
una cisterna seca en vez de darle muerte, con la idea de volver a librarlo a
escondidas. (Génisis 37:18-30.) Más de veinte años después, el hambre fue mucha
en la tierra y Rubén y sus hermanos se ven obligados a viajar a Egipto donde
había alimento.
En Egipto fueron
acusados de ser espías; acusación hecha de boca de su hermano de José; al que
no conocieron, y repasaban en sus mentes la falta de compasión con que habían
tratado a José y por ello les estaban sucediendo todas esas cosa. Rubén les
recordó que no había participado en el complot contra la vida de José. (Génisis
42:9-14, 21, 22.)
Luego, cuando Jacob no dejó que Benjamín acompañase
a sus hermanos en su segundo viaje a Egipto previendo
que su padre muriera de tal disgusto Rubén se compromete a ir a Egipto poniendo
a sus propios dos hijos como fianza y dijo: “Puedes [darles] muerte si no te lo
traigo [a Benjamín] de vuelta”. (Génisis 42:37.)
Símbolo de la tribu de Rubén
La tribu de Rubén tenía como piedra el rubí y
llevaba un estandarte color rojo. En el estandarte estaba como símbolo la forma
de unas frutas llamadas mandrágoras (es una fruta que es arecida a la forma del
cuerpo humano).
Descendientes de Rubén
Esta tribu se formó de los descendientes del hijo
mayor de Jacob; Rubén, quien tuvo cuatro hijos: Hanok, Palú, Hezrón y Carmí,
los cabezas de familia de los rubenitas. (Génisis 46:8, 9; Éxodo 6:14; 1 Crónicas
5:3.)
Un año después de dejar atrás a Egipto, se eligió a
Elizur, el hijo de Sedeur, como principal para representar a toda la tribu de
Rubén. (Números 1:1, 4, 5; 10:18.) Según un censo realizado en el segundo año
que llevaban deambulando por el desierto, había 46.500 rubenitas aptos para
servicio militar mayores de veinte años. La tribu de Rubén fue siempre una de
las menos numerosas de las doce. Unos treinta y nueve años más tarde, la fuerza
militar era algo inferior, 43.730. (Números 1:2, 3, 20, 21; 26:5-7.)
En el campamento de Israel, los rubenitas acampaban
en el lado sur del tabernáculo, flanqueados por los sucesores de Simeón y de
Gad. Cuando la nación se ponía en marcha, esta división de tres tribus
encabezada por Rubén seguía a la división de tres tribus formada por Judá,
Isacar y Zabulón. (Números 2:10-16; 10:14-20.) Este fue también el orden en que
las tribus presentaron sus ofrendas el día de la inauguración del tabernáculo.
(Números 7:1, 2, 10-47.)
La tribu de Rubén y la de Gad eligen dónde vivir
La tribu de Rubén y la de Gad tenían mucho ganado.
Cuando vieron que la región de Jazer y de Galaad era buena para el ganado ellos
les explicaron a Moisés, a Eleazar y a los jefes de Israel su interés por las
regiones de Atarot, Dibón, Jazer, Nimrá, Hesbón, Elalé, Sebam, Nebo y Beón
porque eran muy buenas para el ganado, y tanto Rubén como Gad contaban con
bastante ganado.
El territorio que quedaba al este del Jordán
conquistado a los reyes Sehón y Og era una tierra ideal para sus grandes
rebaños y manadas. Moisés accedió a las peticiones que hicieron estas dos
tribus y la media tribu de Manasés, pero con una condición: que sus fuerzas
combatientes cruzaran también el Jordán y ayudaran a las demás tribus en la
conquista de Canaán, condición que aceptaron con gusto. (Números 32:1-38; Josué
1:12-18; 4:12, 13; 12:6; 13:8-10.) Más tarde una de las seis ciudades de
refugio, Bézer, estaba en el territorio de Rubén. Esta y otras ciudades
rubenitas se apartaron para los levitas. (Deuteronomio 4:41-43;1Crónicas 6:63,
78, 79.)
CIUDADES QUE RECONSTRUYERON LOS RUBENITAS
Los de la tribu de Rubén reconstruyeron las
siguientes ciudades:
1.Hesbón
2.Elalé
3.Quiriataim
4.Nebo
5.Baal-meón
6.Sibma
A algunas de esas ciudades les cambiaron el nombre,
sobre todo a las que ellos reconstruyeron.
Consecuencias del pecado
Rubén era el hijo primogénito de Jacob, y, como
tal, tenía los derechos de primogénito de la familia. Le tocaban dos porciones
de la herencia que su padre dejara. Cuando Jacob bendijo a sus hijos, justo
antes de morir, quedaba por ver si Rubén heredaría estos derechos de
primogénito. Además, el patriarca Jacob, como cabeza de familia, había actuado
como sacerdote de Jehová en favor de toda la familia, había ofrecido
sacrificios en el altar familiar, había representado a su familia en oración y
le había dado instrucción religiosa. Como padre, había controlado a toda la
familia y a todos sus siervos, su ganado y sus propiedades. ¿Recaerían estas
responsabilidades sobre Rubén?
Jacob se dirigió en primer lugar a Rubén con las
palabras: “Rubén, tú eres mi primogénito, mi vigor y el principio de mi
facultad generativa, la excelencia de dignidad y la excelencia de fuerza. Con
precipitada licencia como de aguas, no sobresalgas, porque has subido a la cama
de tu padre. En aquella ocasión profanaste mi canapé. ¡Subió a él!”. (Génisis
49:3, 4.)
Jacob rememoró un acto indigno que afectaría los
privilegios que Rubén iba a recibir. Había mancillado la honra de su padre al
cometer incesto con una de sus concubinas, Bilhá, la sierva de Raquel, la
esposa amada de Jacob. Cometió este pecado poco después de que Raquel murió al
dar a luz a Benjamín. El registro bíblico no explica si Rubén violó a Bilhá
para evitar que ocupase el lugar de Raquel en los afectos de Jacob y este la
favoreciera más que a su madre, Lea, o si actuó así por pura lascivia. La
Biblia simplemente dice: “Y mientras Israel residía en aquella tierra,
aconteció que una vez Rubén fue y se acostó con Bilhá la concubina de su padre,
e Israel llegó a oír de ello”. (Génisis 35:22.) La Septuaginta griega añade: “Y
pareció mal a sus ojos”. (Génisis 35:21
De este modo le despojó de los privilegios que le
hubieran correspondido como primogénito, y todo porque actuó con “precipitada
licencia como de aguas”. Fue inestable o turbulento e impetuoso, como las aguas
que irrumpen contra un dique o que se precipitan por una torrentera. Tenía que
haberse dominado y haber respetado la dignidad de su padre y el honor de los
dos hijos de Bilhá, la concubina de Jacob. Nuestras acciones siempre traen
consecuencias positivas o negativas a nuestra vida, pensemos antes de actuar y
busquemos la guía de Dios
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