martes, 7 de noviembre de 2017

LOS HIJOS DE JACOB Y LA BENDICIÓN DE LEVI

Hijo de Lea ( incluido en la bendición de Simeon), Gén 49:5  Simeón y Leví son hermanos;  Armas de iniquidad sus armas.  Gén 49:6  En su consejo no entre mi alma,
 Ni mi espíritu se junte en su compañía.
 Porque en su furor mataron hombres, Y en su temeridad desjarretaron toros.  Gén 49:7  Maldito su furor, que fue fiero;  Y su ira, que fue dura. Yo los apartaré en Jacob,
 Y los esparciré en Israel.  

Simeón y Levi se caracterizaron por un carácter violento y la historia del ataque alevoso contra los hombres de Siquem lo confirma (Deu_34:1-31). Muchos años más tarde, sin embargo, cuando Dios pide que los que estén de su parte den un paso al frente, los levitas lo hicieron y se mantuvieron firmes en la defensa de la causa del Señor (Exo_32:25-29). Como resultado, Dios los escogió para que fueran los sacerdotes de Israel. Dios puede transformar las debilidades de nuestro carácter en fuerza, eso fue lo que hizo con los descendientes de Levi. Cualquiera que sea la debilidad de nuestro carácter llevémosla con confianza delante del Señor y pidamos que lo cambie y lo use de modo que sea para honra de su nombre.

Fueron la tribu sacerdotal elegida por Dios para servir y ministrar al pueblo de Israel, se encargaban de armar, desarmar y trasladar los elementos que componían el Tabernáculo.

Historia

Leví fue el tercer hijo de Jacob y Lía, y hermano carnal de Rubén, Simeón y Judá. Junto con Simeón se vengó de la humillación sufrida por su hermana Dina con la masacre de Siquem y su pueblo (Gén. 34), por cuyo acto de violencia los dos hermanos fueron reprobados tanto en Gén. 34,30, como en la profecía atribuida al patriarca en Gén. 49,5-7.

Descendientes

Los descendientes de Leví mediante sus 3 hijos fueron Gersón, Coat y Merari, quienes fundaron las 3 familias tribales (Génisis 46:11; Éxodo 6:16; Números 3:17; 1 Crónicas 6:16-48) Moisés y Aarón, levitas muy conocidos, pertenecían a la familia de Coat (Éxodo 6:16-26).
A la tribu de Leví se le confió el cuidado y el servicio del tabernáculo, y más tarde del templo.
El resultado fue que Dios escogió esta tribu como sus siervos especiales para realizar los deberes religiosos que hasta entonces correspondían a los primogénitos, quienes, de acuerdo con la costumbre patriarcal, habían sido considerados los sacerdotes de cada familia (Números 3:9, 11-13, 40, 41, 45).
En el primer censo en el desierto se encontró que había 22.000 levitas (versículo 39), pero 22.273 primogénitos de las demás tribus (versículo 43). Los 273 primogénitos que sobrepasaban el número de levitas fueron redimidos con el pago de 5 siclos por cada uno, y así fueron liberados del servicio en el tabernáculo (versículos 46-51).

Funciones que desempeñaban

Como servidores del santuario, los descendientes de Leví se dividieron en 2 clases principales para desempeñar funciones diferentes:
1.Los sacerdotes, descendientes de Aarón (Deuteronomio 33:8-11; Josué 21:1, 4) que actuaban como mediadores entre Dios y los hombres, realizaban los sacrificios y los servicios en el santuario.
2.El resto de los levitas estaba encargado, durante la peregrinación, del transporte del tabernáculo: levantarlo y cuidarlo mientras estaba en pie, y ayudar a los sacerdotes en el cumplimiento de sus deberes (Números 1:50-53; 3:6-9, 25-27; 1 Samuel 6:15). Cuando los levitas recién habían sido designados como ayudantes en el tabernáculo, se decidió que servirían desde los 30 años hasta los 50 (Números 4:3). Fue Jehová, por intermedio de Moisés, quien más tarde bajó la edad del inicio a 25 años (Números 8:24); pero se la subió a 30 otra vez antes del tiempo de David (1 Crónicas. 23:3-5), aunque en sus días se la rebajó a 20 años (versículos 24, 27); probablemente por causa de los servicios más complicados en el futuro templo, que requerirían más personal que el grupo desde los 30 años podía proveer.
La edad de 20 años parece haber continuado durante el tiempo del Antiguo Testamento como la edad legal para que los sacerdotes y levitas comenzaran sus labores (2 Crónicas. 31:17; Esdras 3:8). Los levitas que oficiaban vestían ropas de lino blanco en ocasiones especiales (1Crónicas. 15:27; 2 Crónicas. 5:12), pero parece que no en todos los servicios, porque no fue hasta tiempos de Agripa II cuando los levitas recibieron permiso para vestir ropa blanca de lino durante todo su servicio como sacerdotes.
En tiempos de David se realizó una gran reorganización del personal eclesiástico, y los levitas fueron divididos en 4 clases:
1.Los ayudantes de los sacerdotes en sus tareas en el santuario.
2.Los cantores y músicos.
3.Los porteros y funcionarios.
4.Los jueces y escribas. (1 Crónicas. 24-26).

Los Levitas después del exilio babilónico

Posteriormente del exilio babilónico, sorprende que la cantidad de levitas que regresó fuera muy reducida en comparación con la de sacerdotes que volvieron de Babilonia con Zorobabel. Mientras 4.289 pudieron demostrar su derecho al sacerdocio (Esdras 2:36-39), además de 709 otros que no estuvieron en condición de probarlo (vs 61, 62), sólo se encontraron 341 levitas, cantores y porteros entre la gran compañía de los exiliados que retornaron a su tierra (versículos 40-42). Y en tiempos de Esdras sólo 38 levitas más pudieron ser inducidos a regresar a Judea después de esfuerzos especiales (Esdras. 8:15-19; Ezequiel 44:10-14).
Los levitas reanudaron sus tareas eclesiásticas después del exilio (Esdras.3:8-12; 6:16-20); algunos compartieron una apostasía ocasional con parte del pueblo (10:23, 24); otros hicieron una doble obra en favor del Señor al ayudar a Esdras en la lectura y explicación de la Ley de Dios (Nehemías 8:7-13; 9:4, 5). También ayudaron a Nehemías a reconstruir parte del muro de la ciudad (3:17). Durante el tiempo de la ausencia de Nehemías de Jerusalén, cuando los judíos dejaron de contribuir con el diezmo, los levitas fueron obligados a descuidar el servicio del templo y a ganarse la vida realizando trabajos agrícolas. Nehemías los trajo de nuevo a Jerusalén y proveyó para su sostén (13:10-13). En el Nuevo Testamento rara vez se menciona a los levitas; esto puede indicar que todavía eran pocos en número, o no. Cristo incluye a un levita en su parábola del buen samaritano (Lucas 10:32. El registro bíblico, aunque declara que "muchos de los sacerdotes obedecían a la fe" (Hechos. 6:7), menciona sólo a un levita que se hizo cristiano: Bernabé(4:36).



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