martes, 7 de noviembre de 2017

LOS HIJOS DE JACOB Y LA BENDICIÓN DE ISACAR


ISACAR;                   Hijo de  Lea
Bendicion de Jacob:
(Gén 49:14  Isacar, asno fuerte  Que se recuesta entre los apriscos;  Gén 49:15  Y vio que el descanso era bueno, y que la tierra era deleitosa; Y bajó su hombro para llevar,
 Y sirvió en tributo.  )

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49.14 Que descansa en sus establos: otra posible traducción: que está echado entre su par de alforjas (sin que pueda levantarse).
Isacar…un asno fuerte echado. Quizás esto sea para describir a Isacar como fuerte, pero falto de iniciativa.
14, 15 Estos versículos parecen reflejar una etapa en la historia de Isacar cuando ellos estuvieron esclavizados a los cananeos.
49.14 La imagen del asno fuerte alude probablemente a la servidumbre que la tribu de Isacar soportó, por un tiempo, bajo el poder de los cananeos.

A Isacar le cupo el territorio rico del sur de Galilea, con la feraz llanura de Esdrelón o de Jezrael. Aquí se le compara a un asno robusto 34, pero es poco belicoso, y prefiere la tranquilidad de sus establos (v.14). En su indolencia, no tuvo inconveniente en prestar sus lomos a la carga y hacerse tributario de los cananeos. Quizá el autor juegue con la palabra Isacar ('Is-sakar: “hombre de salario”) y aluda al hecho de que Isacar se dedicara a transportar mercancías por la ruta comercial que atravesaba su territorio. En la bendición de Moisés 35, Isacar y Zabulón se dedican a comerciar con las naciones: “chupan de la abundancia de las naciones.”

Fue Noveno hijo de Jacob y quinto de Lea. No se da ningún dato biográfico de él, excepto que tuvo cinco hijos, que vinieron a ser príncipes de la tribu. En la bendición de Jacob a sus hijos, de Isacar dijo: «asno fuerte que se recuesta entre los apriscos; y vio que el descanso era bueno y que la tierra era deleitosa; y bajó su hombro para llevar, y sirvió en tributo» (Gn. 49:14, 15). En la bendición de Moisés, Zabulón e Isacar son mencionados juntos, y se señala también a su destino hacia la actividad en lo comercial, en este último caso ya en condiciones mileniales de justicia (Dt. 33:18, 19). Muchos de la tribu de Isacar se unieron a David en Siclag, de los que se dice que eran «entendidos en los tiempos, y que sabían lo que Israel tenía que hacer» (1 Cr. 12:32). En la primera cuenta había 54,400 hombres de Isacar dispuestos para la guerra, y en la segunda, 64,300. Son descritos como «hombres valientes en extremo» (1 Cr. 7:4, 5). La tribu poseía una de las secciones más fértiles de la tierra, incluyendo la extensa llanura de Jezreel, con el Jordán como su límite por unos 70 Km. En Ap. 7:7 se menciona 12,000 de Isacar entre los 144,000 señalados.
Un hijo de Obed-edom, levita de la familia de Coré, también lleva el nombre Isacar (1 Cr. 26:5).
En la distribución de territorios luego de la conquista, a la tribu de Isacar le fue dado un territorio muy fértil en el valle al sur del mar de Galilea.  Era una tribu trabajadora y próspera, que sabía llevar sus cargas, como el asno fuerte.

La tribu de Isacar siempre fue fuerte, y apoyó a sus hermanos cuando lo necesitaban.  Ellos apoyaron a Débora cuando pidió ayuda contra el enemigo (Jue. 5:15).  También apoyaron a David cuando Saúl lo perseguía (1 Cro 12:32); en ese tiempo, ellos también colaboraron con alimentos para los guerreros (1 Cro. 12:40).

Lo más notable de los hijos de Isacar está escrito en el libro de las Crónicas.
(1 Crónicas 12:32)  De los hijos de Isacar, expertos en discernir los tiempos, con conocimiento de lo que Israel debía hacer, sus jefes eran 200; y todos sus parientes estaban bajo sus órdenes.

Debido a su dedicación al estudio de la Torá, ellos se volvieron en expertos en “discernir los tiempos”.  Conocían la Palabra, y sabían lo que Dios quería de ellos.

Jesús hizo referencia a lo que significa discernir los tiempos.
(Mat. 16:1-4)  Entonces los fariseos y los saduceos se acercaron a Jesús, y para ponerle a prueba le pidieron que les mostrara una señal del cielo.  (2)  Pero respondiendo El, les dijo: Al caer la tarde decís: "Hará buen tiempo, porque el cielo está rojizo."  (3)  Y por la mañana: "Hoy habrá tempestad, porque el cielo está rojizo y amenazador." ¿Sabéis discernir el aspecto del cielo, pero no podéis discernir las señales de los tiempos?  (4)  Una generación perversa y adúltera busca señal, y no se le dará señal, sino la señal de Jonás. Y dejándolos, se fue.

Discernir los tiempos no tiene nada que ver con el clima, sino con los tiempos de Dios.  Implica sintonizarnos con la agenda de Dios.  Esto viene por el estudio profundo de la Palabra de Dios.







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