domingo, 28 de agosto de 2016

Maldiciones Auto Impuestas

Maldiciones Auto Impuestas
Uno de los ejemplo usados anteriormente por aquel hombre quien dijo a su
esposa: "Me enferma la manera como sirves las comidas" le ocasiono lo
siguiente: Por estas palabras, el sin darse cuenta trajo sobre sí la
maldición de indignación que le siguió por el resto de su vida.

Con este ejemplo en la mente, podemos examinar más esta área de maldiciones
auto-impuestas. Esto es de suma importancia para todos que se preocupan de
su bienestar personal. Esto expone el poder temeroso de las palabras que
hablamos acerca de nosotros.

Frecuentemente, como: el bumerang que viene volando hacia atrás para golpear
al que ha hablado.

En Mateo 12:36-37 Jesús nos da una advertencia solemne acerca del peligro de
las palabras habladas descuidadamente, 'Mas yo os digo que de toda palabra
ociosa que hablen los hombres, de ella darán cuenta en el día del juicio.
Porque por tus palabras serás justificado, y por tus palabras serás
condenado" Jesús, aquí, está enfocado -"palabras ociosas"-, palabras
habladas descuidadamente, es decir, sin pensarlo. A menudo, cuando una
persona dice algo necio o negativo acerca de sí mismo, se excusa diciendo:
"No estaba hablando en serio". Sin embargo, es precisamente contra las
palabras de este tipo que no fueron habladas en serio que Jesús nos advierte
en contra. El hecho de el efecto de sus palabras. Ni nos hace menos
responsables.

En Proverbios 6:2, Salomón, advierte que el que ha hecha garantía por sus
vecinos, se hace trampa: 'te has enlazado con las palabras de tu boca, y has
quedado preso en los dichos de tus labios".

En Marcos 14:66-72.. Escribe, cómo en la corte del sumo sacerdote, Pedro
negó que era discípulo de Jesús. Para reforzarlo, él comenzó a maldecir, y
a jurar. En otras palabras, él invocó una maldición sobre el mismo.

Pedro volvió muy triste, con remordimiento y es probable que él no comprendí
todas las implicaciones de sus palabras. tres días después delante de la
tumba vacía, los ángeles dijeron a las mujeres: "vayan y digan a mis
discípulos - y a Pedro. Pedro, no estaba contado como uno de los
discípulos. Por sus propias palabras el había perdido su posición como
discípulo de Jesús.

Mas tarde, en Juan 21:15-17, Jesús abrió la puerta a Pedro, para recuperar
su posición de discípulo. El preguntó a Pedro tres veces si le amaba. Cada
ve Pedro contestó afirmativamente. Se sintió triste que Jesús le preguntara
tres veces le preguntara tres veces, pero el no se dio cuenta que Jesús
estaba guiándolo en revocar su anterior maldición. Cada vez que el hacia
una confesión mala, El ahora hacía la confesión correcta. Sobre esta base,
él fue restaurado como discípulo.

La manera que Jesús trató con Pedro establece un modelo para todos quienes
necesitan ser librados de la trampa de una mala confesión. Hay tres pasos
sucesivos: Arrepentir - Revocar - Reemplazar.

Primero, debemos reconocer que hemos hecho una declaración equivocada y
arrepentirnos.

Segundo, debemos revocarla, esto quiere decir, que debemos cancelar y/o
desecharla.

Tercero, debemos reemplazar la declaración o confesión con la correcta.
Estos tres pasos tomados en fe puede librarnos de la trampa.

Génesis 27:12-13 provee otro ejemplo de una maldición autoimpuesta. Rebeca
estaba persuadiendo a su hijo, Jacob, para engañar a su padre para obtener
la bendición que Isaac iba a pronunciar sobre su otro hijo. Jacob quiso
mucho la bendición pero expresó su temor de ser descubierto:

'Quizás me palpará mi padre y me tendrá por burlador, y traeré SOBRE MI
maldición y no bendición'
Y su madre respondió: hijo sea sobre mi tu maldición: solamente obedece a
mi voz y ve y traémelos."

El plan de Rebeca tenía éxito, pero sus propias palabras le expuso a ella a
una maldición que evito que ella goce de os frutos de su éxito. Su emoción
pronto llegó a ser pesimista y cínica. Poco después, la encontramos a ella
diciendo: Jacob toma una mujer de las hijas de esta tierra, ¿Para qué
quiero la vida?

Casi en seguida Jacob tenían que abandonar su hogar para escapar de la
venganza de su hermano, Esaú, y él tarda como veinte años. La Biblia no nos
dice nada del resto de la vida de Rebeca ni como ella murió. Parece que
ella nunca tenía la satisfacción de ver a Jacob gozar de la bendición que el
había conseguido por su decepción.

Un ejemplo mucho más trágico de una maldición auto-impuesta se encuentra en
Mateo 27:20-26. Contra su buen juicio, Pilato consciente soltar a un
asesino, Barrabás, y sentenciar a Jesús la muerte en su lugar. para
librarse de este acto, él se lava las manos delante de la muchedumbre y
dice: "Soy inocente de la sangre de este hombre justo".

La muchedumbre respondió: "Su sangre sea sobre nosotros y sobre nuestros
hijos."

Estas palabras combinaron dos formas de maldición: una maldición
auto-impuesta y una maldición generacional, una maldición sobre sus
descendientes.

La historia objetiva confirma que ambos funcionaban. Dentro de una
generación, el ejército de Roma había destruido Jerusalén y dio muerte o
vendió esclavos a toda la población. Desde aquel tiempo, por XX siglos, han
sufrido por la maldición auto-impuesta.

Cuando Dios llamó a Abraham, el puso una maldición sobre los que maldijeron
a el o a sus hijos. Dios lo hizo para proteger a Abraham. Dios pudo
proteger a Israel contra las maldiciones pronunciadas por otros, pero hubo
una maldición del cual El no pudiera protegerlas. La maldición que Dios no
pudo para las maldiciones que pronunciaron sobre si mismas.

Lo mismo se aplica a los cristianos gentiles, quienes han llegado a ser
herederos de la Bendición de Abraham por el nuevo pacto iniciado por Jesús.
Incluido en las provisiones del pacto es el derecho de invocar la protección
de Dios contra las maldiciones que proceden de fuentes externas. Dios no
puede proveer protección para las maldiciones que los Cristianos pronuncias
sobre si mismos.

Esta es una de las maneras en que los Cristianos frecuentemente traen sobre
si varios tipos de problemas que no pueden comprender la fuente de origen.
Por hablar palabras negativas acerca de sí mismos, separan las bendiciones
de Dios y se exponen a las maldiciones.

La historia de Israel también provee un ejemplo en los capítulos 13 y 4 de
Numeros. Moíses envió a los doce espías para espiar la tierra de Canaan,
pues, Dios había prometido a Israel esa herencia. Josué y Caleb volvieron
con un informe positivo: mientras, el resto era totalmente negativo.
Dijeron: "no podemos ir en contra tel gente, son mas fuertes que nosotros."

Las palabras habladas por cada uno, sobre si mismos, determinas su destino.
Números 14:28: "Diles: Vivo yo, dice Jehová que según habéis hablado a mis
oídos, así haré yo con vosotros".

Los que dijeron que podían entrar en la tierra, entraron; y, los que dijeron
que no podían entrar no entraron.

Para guardarnos contra una maldición pronunciada sobre nosotros, debemos
reconocer y guardarnos contra las malas formas de hablar.

La siguiente lista son siete condiciones que pueden indicar una maldición y
abajo hay ejemplos, malas expresiones que pueden producir las condiciones
para una maldición.

1. Colapso mental yo emocional
"Estoy volviéndole loco"
"No puedo aguantar más"
"Me enoja solo al pensar..."

2. Enfermedades repetidas o crónicas (especialmente si es heredado)
"Cuando hay un virus, yo siempre lo encuentro"
"Estoy enfermo y cansado de..."
"Es en la familia, probablemente yo voy a ser el próximo".

3. Esterilidad, una tendencia abortar, o relacionado con problemas
femeninos
"Yo creo que nunca voy a concebir"
"Ya tengo la maldición de nuevo"
"Ya sé que voy a perder esto--siempre pasa esto"

4. Colapso del matrimonio y enajenamiento familiar
"El adivino dijo que mi esposa va a dejarme"
"De ninguna manera siempre sabía que mi esposo iba a encontrar otra mujer"
"En nuestra familia siempre peleamos como perro y gato"

5. Insuficiencia financiera que persiste
"Yo nunca puedo alcanzar el presupuesto--mi padre era igual"
"No gano lo bastante para diezmar"
"Yo odio a los ricos que siempre consiguen todo lo que quieren y nunca esto
pasa conmigo"

6. Una tendencia a tener accidentes
"Esto siempre pasa conmigo"
"Yo sabía que había problemas adelante..."
"Yo siempre soy muy torpe"

7. Una historia de suicidios y muertes inexplicables y no naturales
"para que seguir viviendo"
"Sobre mi cuerpo muerto"
"prefiero morir a seguir como soy"

La gente usa este tipo de lenguaje inconsciente está invitando a espíritu
malos para tomar control de su vida. El tipo del espíritu que responde es
determinado por el lenguaje usado. Hay clases de espíritus que corresponden
a cada uno de las categorías de arriba.

Un tipo de espíritu que especialmente responde al tipo de hablar como está
arriba, bajo suicidios, es el espíritu de la muerte. Produce una sensación
de que la vida no tiene sentido y sin esperanza y una tendencia a enfocar
los pensamientos en la muerte. A menudo se manifiesta en una serie sin fin
de enfermedades físicas que no tienen curación.

Al fin, este espíritu de muerte, empujará a la persona a suicidarse o causar
su muerte natural.
Recuerden los pasos de la liberación: Arrepentirse--Revocar--Reemplazar.

Algunas personas traen una maldición sobre sí mismos cuando llegan a ser
miembros de una sociedad secreta que requiere que los miembros juren bajo
maldición a nunca revelar los secretos de la organización.

SIETE INDICACIONES DE UNA MALDICIÓN
Orlando Nutt

La siguiente es una lista de siete tipos de problemas mencionados en
Deuteronomio 28, que nos indica que una maldición esta trabajando:
1. Un colapso mental y/o emocional.
2. Enfermedades repetidas o crónicas (especialmente si es heredado).
3. Esterilidad, una tendencia a abortar, o relacionado con problemas
femeninos.
4. Colapso del matrimonio y enajenamiento familiar.
5. Insuficiencia financiera persistente.
6. Una tendencia a tener accidentes.
7. Una historia de suicidios y muertes inexplicables y no naturales.

La presencia de sólo uno o dos de estos problemas no será suficiente en si
para establecer positivamente que hay una maldición. Pero cuando varios de
los problemas están presentes o cuando cualquiera de ellos tiende a
repetirse, la probabilidad de una maldición aumenta proporcionalmente. en
el último caso, es sólo el Espíritu Santo, quien puede proveer un
diagnóstico correcto.

1. Problemas mentales y/o emocionales.
Las frases que corresponden a Deuteronomio 28, son: locura, turbación de
espíritu, enloquecimiento, confusión del corazón y confusión de la
mente.(28,34) Corazón temeroso y tristeza de alma (65).

Las áreas afectadas son descritas, como: el corazón, el alma o la mente. En
otras palabras son las partes interiores de la personalidad humana que han
sido afectadas por las fuerzas hostiles.

Tales personas no tienen control completo sobre sus propios pensamientos,
emociones o reacciones, y se sienten perseguidos, controlados por algo y se
desesperan.

Hay dos palabras claves: confusión y depresión. Estas, casi siempre tienen
sus raíces en alguna forma de lo oculto. A menudo, hay actividad demoníaca.
En la mayoría de los casos, es necesario, tratar con el involucramiento en
lo oculto, antes de revocar la maldición.

2. Enfermedades crónicas o que se repiten (especialmente si son
hereditarias).

Las frases que corresponden Deuteronomio 28, son varias: enfermedades que
consumen (21), de fiebre malignas, inflamaciones (22), llagas, tumores,
sarna y tiña, y no podrás curarte de estas enfermedades (27), ceguera (28),
llagas malignas en las rodillas y en los muslos y en todo el cuerpo sin que
puedas ser curado (35), y todo tipo de otra enfermedad (59).
Esta lista no necesariamente indica que toda forma de enfermedad es el
resultado directo de una maldición. Hay ciertas palabras claves que
aparecen: plaga, incurable, extraordinario, temeroso, prolongado. Estas
sirven como señal de peligro. El las crean lo que podemos llamar un
"ambiente de maldición". Sugieren que hay fuerzas malas trabajando.

Hay otro término no usado explícitamente en Deuteronomio pero es un término
médico, que es: maligno o malignidad.

La definición primaria de maligno, es: tener o mostrar el deseo de hacer
daño a otros".

Obviamente, este describe a una persona, y no, a una condición física. Otro
término, es: hereditario. Describe una condición que pasa de generación en
generación. Esta, es una de las marcas más comunes de una maldición.

cuando oramos por alguien que tiene una enfermedad hereditaria, debemos
siempre tomar en cuenta, la posibilidad de una maldición.

3. Esterilidad, una tendencia a abortar o problemas femeninos relacionados
con el problema.

La frase clave aquí, de Deuteronomio 28, es: "Maldito el fruto de tu
vientre". (v.18). Esta maldición puede afectar a cualquiera de los varios
órganos o funciones involucrados en la reproducción. Este, puede incluir la
inhabilidad de concebir, la tendencia abortar, la falta de menstruación, la
menstruación irregular, los calambres menstruales exagerados, la frialdad ,
los quistes, los tumores u otros crecimientos conectados con el proceso de
reproducción, a veces, esto, afecta a todas las mujeres de una familia.

4. Colapso del matrimonio y enajenamiento familiar
Un efecto de la maldición es descrito en Deuteronomio 28:41: "Hijos e hijas
engendrarás, y no serán para ti, porque irán en cautiverio.

Muchos padres han visto a sus hijos e hijas, tomados en cautiverio por una
subcultura rebelde, dedicados a drogas, sexo, música satánica y toda forma
de lo oculto.

Malaquías 4:5-6, habla del tiempo antes del día de Jehová: "He aquí yo os
envió al profeta Elías, antes que venga el día de Jehová, grande y terrible.
El hará volver el corazón de los padres hacia los hijos, y el corazón de los
hijos hacia los padres, no seas que yo venga y hiera la tierra con maldición".

Malaquías, describe: una fuerza mala que trabaja enajenando a los padres de
los hijos y produciendo un colapso en la relación familiar.... Debemos tomar
los pasos necesarios para revocar la maldición y soltar a los cautivos.

Malaquías pone su dedo sobre el problema social más urgente.
a menos que Dios intervenga, el advierte que, esta maldición que está
destruyendo la vida familiar será extendida a la tierra entera, trayendo
desastre.

5. Insuficiencia financiera que persiste.
Las frases de Deuteronomio 28, son: " Maldita tu canasta y tu arteza de
amasar" v.17 "no serás prosperado en tus caminos" v. 29, "o no tendrás
éxito en lo que haces".

El resumen de esta maldición se encuentra en el v. 47-48: "Por cuanto no
serviste a Jehová tu Dios con alegría con gozo de corazón, por la abundancia
de todas las cosas, servirás, por tanto, a tus enemigos que enviaré Jehová
contra ti, con hambre y con sed y con desnudez, y con falta de todas las
cosas; y el pondrá yugo de hierro sobre tu cuello, hasta destruirte."

Moisés, aquí presenta dos alternativas opuestas. Servir a Dios con alegría,
con gozo de corazón en la abundancia de las cosas o servir a los enemigos en
pobreza.

El enemigo principal del hombre, es el diablo. La esclavitud al diablo y a
los vicios es una maldición muy pasada. Tomados los dos juntos v.47-48,
indican que la prosperidad es una bendición; y, la pobreza es una
maldición.

2 Corintios 9:8, dice: "Y poderoso es Dios para hacer que abunde en vosotros
toda gracia, a fin de que teniendo siempre en todas las cosas lo suficiente,
abundéis para toda buena obra".

En esta oración Pablo resume toda la abundancia de las provisiones de Dios,
para los cristianos. Pablo, enfatiza aquí, la generosidad de las
provisiones de Dios para su pueblo. La palabra "abundar" aparece dos veces
y la palabra "todo" tres veces.

Pobreza y abundancia deben ser definidas.
Pobreza, es tener menos de todo lo que se necesita, para hacer la voluntad
de Dios en su vida.

Abundancia, es tener todo lo que se necesita parta hacer la voluntad de Dios
y dar algo para dar otros.

La abundancia de Dios no es provista para derrochar sobre indulgencias
carnales, el criterio de cada creyente debe ser determinado en relación a la
voluntad de Dios para su vida.

Estas conclusiones acerca de la pobreza y abundancia deben ser explicadas
aun más. Primero debemos reconocer que la fe para recibir la abundancia de
Dios va a ser probada. Pueden ser períodos cuando debemos contentarnos con
lo mismo. (Tales períodos deben ser temporales). Una vez que nuestros
motivos han sido purificados y nuestra fe ha sido probada; Dios, nos dará su
abundancia en la medida que el puede confiar en nosotros para uso de su
gloria.



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