domingo, 28 de agosto de 2016

UNA MANERA DE ENTENDER LA GUERRA ESPIRITUAL

UNA MANERA DE ENTENDER LA GUERRA ESPIRITUAL

HABLEMOS DE GUERRA
Luis Fernando Orihuela Salcedo
A Modo De Introducción

Muchas veces cuando escuchamos el término "Guerra Espiritual" no podemos evitar pensar en gritos, excesos, "ataduras", inmadurez, etc. Permítanme esbozar algunos conceptos que muestren aspectos más interesantes de este tema. Es cierto que algunos sectores de la iglesia en el pasado (y quizás aún hoy) han hecho un uso abusivo de la liberación –como de otras tantas cosas- pero pienso que de ninguna manera podemos excluir o ignorar aspectos de la Palabra de Dios porque simplemente hubo un exceso en cierta práctica. Una posición más central sigue siendo la que Pablo recomendó, "... escudriñar todo y retener lo bueno...".

Uno de los problemas que tenemos que resolver para encarar correctamente este problema es la cosmovisión que hemos adquirido. Los conceptos se encargan de modelar nuestra conducta y percepción de las cosas, en cierta forma aún determinan la manera en que reaccionamos a las circunstancias de la vida. Probablemente la mayoría de nosotros no tenemos mucha dificultad con la teoría o la teología de la guerra espiritual, pero tenemos dificultades cuando empezamos a aplicarlas. La razón de tal dificultad es que tenemos un problema de concepto. Podemos hablar teológicamente sobre el mundo espiritual sin ningún problema, pero cuando intentamos traer el mundo espiritual al sistema de explicación de los fenómenos en nuestras vidas, tenemos grandes problemas. Lo digo en palabras simples, le mundo espiritual no es "muy real" para nosotros. En muchos aspectos de nuestra vida somos muy materialistas (por lo menos más de lo que nos gustaría admitir) para nosotros las personas son más importantes de los seres espirituales, desafortunadamente esto se aplica muchas veces de igual forma al Espíritu Santo como a los seres demoniacos. Es por eso que el dilema "será de Dios?" es tan frecuente entre tantos hermanos.

Intentemos resolver este problema lo más sencillamente posible. Todos (o casi todos) los cristianos estamos de acuerdo que existe un demonio o muchos, que se oponen a la obra de Dios, que es un ángel y que Cristo lo venció. El problema radica en ponernos de acuerdo en el papel, la influencia y la manera que él opera hoy. Otro problema es la actitud de la iglesia frente al enemigo. Vamos paso a paso.

Tres tipos de actitudes y tres tipos de personas Los racionalistas compulsivos. He podido comprobar que existen tres tipos de respuestas hacia el tema de la Guerra Espiritual; el primer grupo de personas son muy bien descritas en el siguiente testimonio de un traductor de Wycliffe:

"Fui a la selva del amazonas en 1963 para empezar un ministerio entre el pueblo Apurina....Hasta donde sé, yo fui el primero en desafiar el dominio de Satanás sobre este pueblo, un dominio completo a través de los siglos. Mi principal propósito al estar allí era ver si podía sacar a las personas de la casa de Satanás y llevarlos a la casa de Jesús, ver si podía transferirlos del reino de las tinieblas al reino de la luz. Pero, desafortunadamente, a pesar de mi título de Maestría en Teología y de haber leído toda la Biblia varias veces, no estaba consciente de estas verdades (sobre guerra espiritual). ¡Me propinaron una buena paliza!; la recibí sin misericordia, hasta que ya no podía más. Satanás "trapeo" el suelo conmigo.
No sabía cómo defenderme, en realidad no comprendía lo que sucedía, era un escéptico con respecto a la actividad de los demonios. Oh si, sabía que existían Satanás y los demonios ya que la Biblia es clara y enfática en ese aspecto, pero sabía muy poco sobre su manera de operar y virtualmente nada sobre el uso de nuestras armas, ya fuera para defender o para atacar. Mi trasfondo teológico, tanto el formal como el informal, era estrictamente tradicional.... Mis profesores me transmitieron la idea de que un siervo de Cristo era intocable o que estaba exento del ataque demoniaco; esa clase de cosas no serían ningún problema para nosotros."

Quizás no tenemos que ser misioneros en un lejano pueblito para pasar por las desafortunadas experiencias del testimonio anterior, pero estoy convencidos que muchas veces podemos llegar a sentir emociones muy parecidas a las descritas por ese sincero hermano. El primer grupo de personas son aquellos que quieren tener una actitud esencialmente racional al fenómeno espiritual, algo que no critico pero que considero poco sabio por la sencilla razón que el mundo espiritual no responde a patrones que humanamente podemos entender. Lo curioso de este grupo es que fueron capaces de admitir la obra de la salvación por gracia (una experiencia espiritual y profunda) con naturalidad y fe, pero les significa muy dificultoso poder abrir su entendimiento al mundo espiritual.

Los extremistas al delirio. Definitivamente un grupo grande de hermanos han tomado una actitud radical en cuanto al mundo espiritual, incluyéndolos casi de manera obligada en todo lo que ven y hacen. Como es lógico suponer esto implica un desequilibrio que muchas veces provoca aversión (por la alergia que nos produce). El "ver demonios en todas partes" es un comentario común y en muchos casos, con ciertas bases.

Los sabios equilibrados. Ciertamente este es el grupo con más ventajas para poder expresar la verdad de Dios sin adulteraciones. Lamentablemente es el grupo menos numeroso. Tienen la gracia de buscar la opinión de Dios antes de expresar sus conclusiones, aún en temas que son muy nuevos o "delicados".
Estos hermanos han aprendido que muchas veces Dios esta por encima de sus conclusiones "...camino de Dios?..." Ez. 18:25. Es muy bueno estar abierto al Espíritu de Dios al momento de enfrentar cosas que no entendemos o nos cuestan aceptar.

Una Tierra Bajo Maldición

Aunque a la mayoría no nos guste admitirlo, existen declaraciones en la Palabra que muestran sin lugar a dudas la relación entre la condición espiritual de la Iglesia (o los hijos de Dios) y la condición de la tierra.
Veamos algunos ejemplos:
1. Gn. 3:17 Adán y Eva (el pecado de Adán trae maldición
sobre toda la creación)


2. Gn. 4:10 Sangre de Abel (clama venganza y contamina
la tierra)
3. Jos. 7:20-21, 25-26 El pecado de Acán (contamina la tierra del
pueblo de Dios)

Para poder mostrar algunos ejemplos más contundentes quisiera transcribir un par de versos mas.

Levítico 19:29 "No profanarás a tu hija, haciendo que ella se prostituya, para que no se prostituya la tierra y se llene de maldad."
Levítico 18:24-25 "No os contaminaréis con ninguna de estas cosas, porque con todas estas cosas se han contaminado los pueblos que yo echo de delante de vosotros. La tierra ha sido contaminada; por eso castigué la maldad de ellos sobre ella, y la tierra vomitó a sus habitantes."

Creo que fácilmente podemos deducir la relación a la que hago referencia. Pero si el pecado produce maldición y contamina la tierra ¿Qué sucede con la obediencia?

1. Salud ecológica Lv. 26:4
2. Salud económica Lv. 26:5
3. Seguridad personal Lv. 26:6
4. Seguridad civil Lv. 26:6
5. Supremacía sobre los enemigos Lv. 26:7-8
6. Crecimiento Lv. 26:9
7. Innovación y creatividad Lv. 26:10

A través de todos estos textos se puede concluir que nuestra actitud tiene un papel redentor o condenador sobre la creación material de Dios. Esta relación se puede expresar muy bien en el siguiente gráfico.

Cuando menciono el hecho de que la Iglesia tiene un papel redentor sobre la creación estoy parafraseando lo que Pablo lo dijo con tanta claridad hace ya tanto tiempo; Ro. 8:19 "Pues la creación aguarda con ardiente anhelo la manifestación de los hijos de Dios." Esto implica una responsabilidad muy grande, quiere decir que depende de nosotros como Iglesia y depositarios de la autoridad de Dios el saber bendecir con nuestra obediencia y nuestra palabra la maravillosa creación de Dios.

¿Cuál el papel del enemigo con la creación?
También a esta pregunta la Biblia es enfática, podemos leer algunas respuestas que se nos dan:
- Pablo nos dice que Satanás es "... el dios de este siglo" (2Co. 4:4)
- Jesús llama al diablo "...el príncipe de este mundo" (Jn.12:31
- También Pablo añade que él es "el príncipe de la potestad del aire" (Ef.2:2)
- Y el amado Juan afirma que "...que el mundo entero esta bajo el maligno" (1Jn.5:19)

Tal vez muchos pastores y teólogos no comparten esta relación pero es evidente por la Palabra (y no lo pueden negar) que Jesús tuvo que enfrentarse con el enemigo o dicho de otra forma el Diablo no se hizo ningún problema a la hora de tratar de poner en aprietos a Jesús (cosa que no logro). Los apóstoles que siguieron la obra del maestro tampoco fueron libres de esta relación de enfrentamiento. Muchos de ellos sufrieron y vencieron durante su vida. ¿Qué a sucedido con la iglesia (bueno realmente con alguno sectores de ella) que ha llegado a pensar que no va ha tener problemas con él si todos los que vinieron antes de nosotros si lo tuvieron? No pretendo convencer a ninguna persona que empiece a buscar problemas, pero una cosa es evidente, al haber sido hechos hijos de Dios, hemos sido constituidos enemigos del Diablo. Pablo dice que ha sido llamado "para abrir sus ojos, para que se conviertan de las tinieblas a la luz y del poder de Satanás a Dios, para que reciban perdón de pecados y una herencia entre los santificados por la fe en mí." Hch. 26:18

¿Cuál debería ser nuestro papel como hijos de Dios frente al enemigo y en relación a la creación?
Dos palabra lo dice todo: autoridad y redención
Autoridad. Cristo ha depositado su autoridad sobre la Iglesia, para que esta se constituya en "Columna y baluarte de la verdad" 1Ti. 3:15 Existe una relación directa entre el pecado del pueblo y la pobreza de la tierra y su economía (aunque algunos "intelectuales" se agotan tratando de negarlo).
Dicho de otra forma, mientras más idolatría, pecado y corrupción hay en una nación mayor es la pobreza y la carencia económica. El opuesto lógico nos permite ver que mientras el pueblo busca el perdón de Dios y abandona su conducta pecaminosa, Dios mueve su corazón para prosperarnos económicamente como nación. 2Cro. 7:14

La Iglesia es la única que tiene la autoridad para proclamar el señorío de Cristo a una nación y a los lugares celestiales (tema que desarrollaremos más adelante).

Redención. Podemos como iglesia ponernos entre el mundo y el enemigo a fin de interceder por la salvación de ellos. A veces tenemos la extraña tendencia a espiritualizar demasiado algunas cosas y olvidamos que aunque nuestra ciudadanía esta en los cielos, vivimos en un mundo material que nos afecta e influye sobre nosotros de manera positiva o negativa. Permítame demostrarle que a veces nos vamos hasta "el tercer cielo" y nos olvidamos de las necesidades de los que nos rodean.
¿Recuerda haber orado alguna vez porque se haga realidad el corredor bioceánico y que de esta forma nuestro país pueda tener mayor desarrollo económico? (Por si no lo sabía había intenciones muy sería de desviarlo para que no pase por Bolivia).
¿Cuando fue la última vez que en su iglesia oró por las nuevas leyes y códigos que el gobierno piensa aprobar en un futuro próximo? O es que debemos enterarnos que "algo" se este maquinando contra la iglesia para recién reaccionar.
¿Cuándo fue la última vez que oró sobre un mapa de nuestro país e intercedió para que nuestras fronteras no sean lugares desolados, para que dejen de una vez de hollarnos como nación, para que podamos recuperar la dignidad de sentirnos bolivianos, para que el narcotráfico, o la violencia no encuentren refugio en nuestra nación?

Cuando hablo de redención me refiero a que tenemos la autoridad de legislar la creación desde los lugares celestiales, con oración, con intercesión, con súplica y misericordia.

Creo que el grueso almidón de la teología nos ha cauterizado un poco nuestra sensibilidad y pido que el Señor nos ayude a entender la gran responsabilidad que el Hijo de Dios nos ha dado.

1 comentario:

  1. MUY BUENA EXPLICACION , HACIA Falta algo asi que dios te bendiga mucho y que continue colocando enzeñazas pra que podamos aprender gracias.

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