ORANDO DELANTE DE LAS
HUESTES CELESTIALES
"Y miré, y oí la voz de muchos ángeles alrededor del trono, y de
los seres vivientes, y de los ancianos; y su número era de millones de
millones."
Apocalipsis 5:11
Las realidades que dominen nuestro pensamiento deben ser las prioridades
de la eternidad y del mundo espiritual. ¿Es usted un cristiano en creencia,
pero un agnóstico en la práctica? ¿Actúa como si la hueste celestial existiese,
o está atado al pensamiento terrenal como un pagano?
Un día usted va a morir. ¿Despreciará las quimeras del sueño que ahora
llama realidad? Jesús atravesó las paredes en su cuerpo de resurrección (Lucas
24:36,37), porque él era lo sólido, y las paredes eran simples objetos
nebulosos y etéreos.
La próxima vez que asista a una reunión de oración escuche cómo oran los
creyentes. En la mayoría de los casos los santos presentes no parecen estar
conscientes de los que esta sucediendo en el mundo invisible.
Dirigirse a Dios vivo sobre su trono es algo que debe infundir temor
reverente. Su poder se despliega por medio del servicio de millones de ángeles.
Cuando oramos, lo hacemos en la presencia de la majestad en lo alto rodeado de
una gran"nube de testigos" (Hebreos 12:1).
Considere estas sabias palabras de Salomón: "No te des prisa en tu
boca, ni tu corazón se apresure a proferir palabra delante de Dios; porque Dios
está en el cielo, y tú sobre la tierra; por tanto, sean pocas tus
palabras" (Eclesiastés 5:2).
No sorprende que la Biblia diga también: "Y de igual manera el
Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene,
no lo sabemos" (Romanos 8:26). Esto no significa que debamos ser tímidos
cuando oremos. Debemos hacer oraciones teniendo presente "la grandeza de
Dios". Considere el Salmo 2:8 donde el Padre habla a su Hijo:
"Pídeme, y te daré por herencia las naciones, y como posesión tuya los
confines de la tierra."
La oración de un ser humano puede alterar la historia logrando que
legiones de ángeles ministren la tierra. Si realmente comprendiésemos esta
verdad, oraríamos con intensidad y oraríamos constantemente.
"Tiene una mente tan celestial que no sirve para lo terrenal."
dice un viejo clisé. Pero ¿será cierto? Es bien cierto que se aplica a alguien
metido en un misticismo religioso inducido por las drogas. Sin embargo, es
falso cuando se aplica a un creyente que camina en fe y en obediencia a Dios.
Loa santos con mente celestial en la Biblia cambiaron el curso de la
historia. Hebreos 11:16 habla de los héroes de la fe en estas palabras:
"Pero anhelaban una [patria] mejor, esto es, celestial; por lo cual
Dios no se avergüenza de llamarse Dios de ellos; porque les ha preparado una
ciudad."
¿Estaremos preparados para pagar el precio por la victoria sobre
nuestras ciudades? Hay un alto precio que pagar en disciplina personal, oración
y obediencia. Nunca estaremos dispuestos a tomar la cruz a menos que hayamos
visto la eternidad y la majestad del carácter de Dios, y su propósito eterno
para la humanidad. "Jesús...por el gozo puesto delante de él sufrió la
cruz" (Hebreos 12:2).
¿Para qué vivimos? La vida es corta. Demasiado corta para pasarla en una
búsqueda ansiosa de seguridad. Tenemos identidad como criaturas singulares de
Dios, y seguridad como sus hijos amados. Ahora tomemos una aventura con Dios
que comienza llevando el evangelio al mundo, y se extiende hasta una eternidad
que estará llena de sorpresas gratas.
Puesto que Cristo ha padecido por nosotros en la carne, vosotros también
armaos del mismo pensamiento; pues quien ha padecido en la carne, terminó con
el pecado, para no vivir el tiempo que resta en la carne, conforme a las
concupiscencias de los hombres, sino conforme a la voluntad de Dios.
El apóstol Pablo, escribíendoles a los corintios, después de algunos de
los momentos más oscuros de su vida, expresó lo siguiente:
Por tanto, no desmayamos; antes aunque este nuestro hombre exterior se
va desgastando, el interior no obstante se renueva de día en día. Porque esta
leve tribulación momentánea produce en nosotros un cada vez más excelente y
eterno peso de gloria; no mirando nosotros las cosas que ven, sino las que no
se ven son eternas (2Corintioss 4:16-18).
Para comprender mejor la realidad del reino invisibles, veamos con mayor
profundidad un aspecto de "las cosas que no se ven": la existencia y
actividades de los ángeles.
Exxcelente, bendiciones.
ResponderEliminaramen me gustaria poder comprar sus libros
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